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Puertas y Postigos de la Muralla de Sevilla

 

 


 

 

Para desgracia de los sevillanos, durante el peridodo que siguio a la revolución de 1868, llamada "la Gloriosa" (La Revolución de 1868, llamada la Gloriosa o Revolución de Septiembre o la Septembrina, fue una sublevación militar con elementos civiles que tuvo lugar en España en septiembre de 1868, la cual supuso el destronamiento y exilio de la reina Isabel II y el inicio del período denominado Sexenio Democrático (1868-1874)) las autoridades decidieron que era aconsejable eliminar parte del pasado de Sevilla manifestado en sus monumentos, causando unos daños difíciles de cuantificar a día de hoy.

La revolución, con marcado tinte anticlerical destruyó las puertas medievales de la ciudad, se derribaron iglesias y conventos de gran valor, o se suprimieron parroquias. También se expulsó a las órdenes religiosas y se eliminó el presupuesto municipal para los actos religiosos, afectando a la Semana Santa y a la procesión del Corpus Christi.

De las antiguas murallas almohades, que nos acompañaban desde el siglo XII, la destrucción afectó a las puertas de la antigua ciudad medieval y gran parte de la muralla. De la veintena de accesos al casco antiguo hoy tan sólo subsisten la Puerta de la Macarena, el Postigo del Aceite y la Puerta de Córdoba, única que conserva su disposición original; además del Arquillo de la Plata.

La lista de conventos suprimidos es extensa La Concepción, La Asunción, Santa María la Real, Las Dueñas, Santa Ana, Madre de Dios, San José, las Mínimas y Santa Isabel.

El listado de parroquias incautadas no se quedó atrás: San Esteban, San Miguel, San Andrés, Santa Marina, San Nicolás, San Juan de la Palma, Santa Lucía, Santa María la Blanca, San Marcos, Santa Catalina, Omnium Sanctorum y Santiago. La mayoría no fueron destruidas y se conservan. Uno de los casos más lamentable fue la Parroquia de San Miguel, junto a la Plaza del Duque, levantada en tiempos de Pedro I, y uno de los mejores ejemplos del arte gótico mudéjar.

Muchas capilla e iglesias fueron suprimidas, como San Luis, La Trinidad, Capuchinos, San Hermenegildo, San Antonio, San Basilio, San Onofre.

la Junta Revolucionaria de Sevilla decretó la expulsión de los jesuitas, filipenses y cualquiera de las órdenes religiosas establecidas en la ciudad, la incautación de sus edificios y efectos que en ellos estaban depositados.

También afectó a las Hermandades, la demolición de la parroquia de San Miguel, provocó el traslado de la Soledad a San Lorenzo, Pasión al Salvador; y el Amor, años al convento del Dulce Nombre de Jesús. La incautación del convento de La Pasión, en calle Sierpes; y del convento del Carmen, en Baños, obligó al traslado de la Vera Cruz a San Alberto y las Siete Palabras a San Vicente. También se incautó la capilla de la Carretería y se derribó la de la hermandad trianera de la Encarnación

Las murallas se habían levantado en el siglo XII por los almohades, es en el año 1.023 el primer rey de Sevilla, ordena levantar de nuevo las murallas para protegerse de las tropas cristianas. La nueva muralla tenía una dimensión de siete kilómetros con 166 torreones, 13 puertas y 6 postigos.

Anteriormente durante la ocupación romana, entre los años 65 y 68 antes de Cristo, Julio César, sustituye la muralla, entonces de madera y barro,levantada en tiempo de los cartagineses,  por una de piedra y añade las puertas que y los torreones de vigilancia.

Para conocer más a fondo su historia pulsa en Murallas de Sevilla 


Puerta de la Almenilla, de origen almohade fue reformada constantemente; también denominada puerta de la Barqueta, se hallaba en la calle Calatrava, en la plazoleta del Blanquillo.

 


 

Puerta del Arenal, de origen almorávide y reconstruido en el siglo XVI y en el XVIII; se situaba en la esquina de la calle Castelar con la calle García de Vinuesa.

 


 

Puerta de Carmona, de origen almorávide, reformada totalmente en el siglo XVI y derribada en 1868; se encontraba situada en la esquina de las calles de San Esteban con Menéndez Pelayo.

 




Puerta de la Carne, de origen almorávide y reformada totalmente en el siglo XVI; se hallaba en la calle Menéndez Pelayo, a la altura de la calle Santa María la Blanca.

 


 

Puerta de Córdoba, de origen almorávide y reformada en el siglo XVI; situada frente al convento de los Capuchinos, es una de las que mejor conserva la disposición originaria.

 




Puerta de Jerez, de origen califal; estaba situada en el extremo oeste de la calle de San Gregorio, en dirección al río. En ella había grabados unos versos alusivos a la historia de la ciudad.



Puerta de la Macarena, de origen almohade y reformada en el siglo XVIII; situada frente a la Basílica de La Macarena.

 


 

Puerta Osario, de origen almorávide, se localizaba entre las calles Valle y Puñonrostro.

 


 

Puerta Real, de origen almorávide y reconstruida en el siglo XVI, también denominada puerta de Goles; se encontraba en la esquina de la calle Goles con la calle Alfonso XII.

 



 

Puerta de San Fernando, construida en el siglo XVIII fue la más moderna; se localizaba a la altura de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla.

 



 

Puerta de San Juan, de origen almohade; estaba situada en la calle Guadalquivir, entre la calle San Vicente y Torneo.

 


 

Puerta del Sol, de origen almohade y reformada en el siglo XVI; se situaba al final de la calle Sol, y su nombre procede del sol que tenía grabado sobre el dintel.

 



 

Puerta de Triana, de origen almorávide y reconstruida en 1585 algo más al norte, fue derribada en 1868; estaba en la actual calle Zaragoza, en la confluencia con la calle Moratín, donde en la actualidad está señalado.

 





 

Postigos de acceso

Postigo del Aceite, de origen almohade y muy reformado; conocido así por ser el lugar por donde entraba el aceite; se encuentra cerca del edificio de Correos.

 



 

Postigo del Alcázar, de origen almohade, sustituyó la torre-puerta califal; también fue denominado como postigo de la Torre del Agua, del callejón de la Judería o de la huerta del Retiro. Se encuentra situado en la calle Judería.

 


 

Postigo del Carbón, fue mandado realizar por el rey Alfonso X el Sabio. Originalmente se llamaba Postigo de los Azacanes. Estaba situado en la confluencia de las calles Santander y Temprado, e inmediato a la Torre de la Plata

 


 

Postigo de la Feria, también llamado postigo de la Basura, estaba al final de la calle Feria, esquina con la calle Bécquer.

Postigo del Jabón, ubicado en las inmediaciones de la calle Tintes.

 

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