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Iglesia de Santa Ana - Sevilla

 


La Iglesia de Santa Ana es un templo religioso cristiano que se encuentra enclavado en el barrio de Triana, un barrio que surge alrededor del Castillo de San Jorge, en la ciudad de Sevilla. De estilo gótico-mudéjar, su construcción data del siglo XIII, a partir de 1266, estando promovida por el rey Alfonso X el Sabio, hijo de Fernando III, conquistador de Sevilla, y rey santo, y de Beatriz de Suabia, su primera esposa.

La leyenda relata que aquejado de un problema en la visión el rey prometió elevar un templo en honor de Santa Ana, madre de la Virgen María, hecho este que se cumplió al desaparecer los problemas oftalmológicos del monarca. Estos detalles se reflejan en un lápida que se conserva en el templo, adosada a uno de sus muros.


Es la primera iglesia que se levanta en Sevilla, de nueva planta, tras la conquista acontecida en 1248, el resto de iglesias de la ciudad son mezquitas o templos que se cristianizan, dividiéndose la ciudad en collaciones por don Remondo, arzobispo de la ciudad. Al estar levantada extramuros de la ciudad, allende el rio, en lo que luego sería el arrabal de Triana, la parroquia estuvo fuertemente fortificada, quedando de aquel entonces algunos vestigios de ello, a este amurallamiento pertenecerían el remate almenado de las cubiertas de la terraza y las galerías a modo de triforio que recorren lateralmente las naves. Es un edificio exento, en la manzana que forman las Calles Vázquez de Leca, Pureza, Bernardo Guerra, Pelay Correa y Plazuela de Santa Ana

Esta iglesia fue durante varios siglos la Catedral oficiosa de Triana, siendo destino de las estaciones de penitencia de las Hermandades radicadas en el barrio, las cuales, hasta que en 1830 la Hdad de la O cruzó el puente de barcas, no venían a la Seo de Sevilla. Poco después se añadieron el resto de cofradías, hasta que en 1852 se inauguro el punte de Isabel II, vulgo "Puente de Triana" facilitando el tránsito entre el barrio y Sevilla.

Como en todo el gótico-mudéjar trabajan canteros cristianos de Castilla y alarifes musulmanes, utilizando el ladrillo, la piedra para las nervaduras y los arcos; la portada; las columnillas; las ménsulas y las bóvedas góticas; y madera para las cubiertas.


 

Finalizó su construcción a ppio del siglo XIV, años más tarde se levantó la torre, y a principios del XIV hubo de ser reedificado el edificio quizás por los daños que sufrió a raíz del terremoto de 1356.

Con todo la Iglesia no quedó acabada, tal y como la vemos hoy, hasta el siglo XVII, pues se fueron añadiendo elementos a lo largo de los años. En el siglo XV se levanta la capilla del capitan Monte Bernardo, con dos tramos que cubren bóvedas estrelladas, esta capilla se sitúa en el la nave de la Epístola. El siguiente siglo vería como se añadía la Capilla Sacramental, de planta cuadrada, y que en 1680 se cubre con bóveda estrellada, ya en el siglo XVII la Capilla Bautismal, con planta cuadrada y bóveda semiesférica.

Hubo nuevas intervenciones en el edificio. A raíz del terremoto de Lisboa de 1755 el templo resultó dañado y se remodeló, modificando las portadas originales. En 1920 se restauró la portada gótica, y en 1972 Rafael Manzano, conservador del Alcázar restauró la iglesia, eliminando la decoración barroca que atesoraba en su interior, la fábrica antigua había quedado enmascarada por sucesivas reformas, siendo suprimidas las pinturas de la mayoría de las capillas, así como de los muros y pilares de la iglesia, quedando en ladrillo visto.


 

Como se puede comprobar desde el edificio primigenio hasta el que ha llegado a nuestros días hay bastantes modificaciones, unas obligatorias debido a circunstancias externas, como terremotos, y otras en las que se se pretendía devolver el templo a su aspecto inicial.

El edificio tiene tres portadas, una a los pies de la nave central y dos en los muros de la Epístola y el Evangelio. A día de hoy solo la de la nave del Evangelio conserva el primitivo diseño gótico-mudéjar, está conformada por un arco abocinado de forma ojival, con siete pares de columnillas rematadas con capiteles decorados con elementos vegetales, con sus correspondientes arquivoltas. Las exteriores se encuentran sin abocinar (no se escalonan de dentro hacia fuera de tal forma que el vano exterior es igual de amplio, tanto en altura como en anchura, que el interior), y su interior está adornado con puntas de diamantes; los arcos interiores si se abocinan. Sobre la portaba se coloca un gablete apuntado, y sobre este el escudo de Castilla. Mas arriba hay un dintel que soportaba un tejaroz, sostenido por 16 tallas en piedra de cabezas de león.

En el muro de la epístola la portada solo muestra tres arcos ojivales que se apoyan en pilares lisos y capiteles de moldura, composición mucho más simple que la anterior.

La portada principal, a los pies de la nave central tiene forma adintelada, realizada con estilo neoclásico, y con dos cuerpos. En el primero vemos dos columnas que sostienen dos frontones, el primero partido y el segundo completo. Sobre ellos, en el segundo cuerpo un ventanal y un frontón que rematan jarrones de cerámica.


 

El exterior se adorna con retablos de gran tamaño, La Divina Pastora, Santa Ana con la Virgen y el Niño y Nuestra Señora del Carmen, del siglo XX los dos segundos, y el primero del siglo actual.

Remata su aspecto exterior la torre de la iglesia, la cual esta desplazada varios metros del edificio, junto a los pies de la nave del evangelio. Se levanta a ppio del siglo XIV El primer cuerpo muestra su estilo mudéjar con arcos de herradura y arcos polilobulados, ambos ciegos, enmarcados en alfiles, rehaciéndose en el siglo XVI. A partir de 1619 se añaden los dos cuerpos superiores sobre la torre mudéjar, son cuerpos abalaustrados con revestimientos de azulejería azul y blanca, añadiéndose el chapitel de ocho lados que se reviste de cerámica blanca y azul también., La torre se vio afectada por el seismo de 1755 y se consolidó barroca que hoy vemos.

El interior de la Iglesia muestra planta rectangular, sin crucero, compuesta de tres naves, la central más alta y ancha que las laterales, aunque las tres están cubiertas por un techo de bóvedas de crucería compuestas por nervaduras que sustentan los plementos, y que arrancan de las columnas con ménsulas, decoradas en su parte superior con cabezas humanas, leones, castillos y hojas de vid, y separadas por arcos, un gran nervio de espinazo las atraviesa a todas, muy usual en el gótico del siglo XIII.. Las naves tienen cinco tramos, y se separan a través de arcos apuntados apoyados sobre pilares de ladrillo. Las naves finalizan en capillas poligonales con coro situado en el penúltimo tramo de la nave central, capillas adosadas a los muros del Evangelio y de la Epístola.


 

De la capillas poligonales en la cabecera de las naves la central es de mayor tamaño que las demás En dichas cabeceras se alojan la Capilla Mayor en la nave central, elevada del resto mediante unas gradas de jaspe, la Capilla de la Madre de Dios en la nave del Evangelio y la Capilla del Calvario en la nave de la Epístola.

El retablo mayor. de estilo plateresco, se sitúa en el presbiterio, en la cabecera de la nave central, custodiado por las capillas de Madre de Dios en la nave del Evangelio y la Capilla del Calvario en la nave de la Epístola.

El retablo se adapta a la estructura poligonal del presbiterio. Consta de siete calles, tres en la zona central, y dos en cada uno de los laterales, algo inusual en Sevilla, ático y tres cuerpos horizontales. Fue realizado por Nuño de Ortega y Nicolás Jurate, contratado en el año 1542, siendo la traza realizada por el maestro de obras de la Catedral, Martín de Gainza. Contiene valiosas pinturas sobre tablas de Pedro de Campaña, realizadas hacia el año 1557. una hornacina contiene las imágenes de la titular del templo, Santa Ana, acompañada por la Virgen María y el Niño Jesús, obra de la segunda mitad del siglo XIII restaurada en el siglo XVII por el imaginero Francisco de Ocampo.


 

En las entrecalles de las calles laterales se encuentran las tallas de San Pedro, San Pablo, San Judas Tadeo, Santiago, San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Hay ocho bustos en relieve desconocidos. El banco alberga un relieve que representa a los cuatro evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas, y Juan.

En los laterales, escenas de la Sagrada Familia: en el primer cuerpo: San Joaquín rechazado en el templo, San Joaquín abandonando su casa, El Anuncio del arcángel a san Joaquín. En el segundo cuerpo El Abrazo Místico en la Puerta Dorada, La Natividad de la Virgen, La Presentación de la Virgen en el Templo, La Coronación de la Virgen. En el tercer cuerpo Los Desposorios de la Virgen, La Visitación de la Virgen a santa Isabel, San Jorge y el dragón, La Natividad de san Juan Bautista y La Natividad de Jesús. El ático se corona con La Asunción de la Virgen, con María Cleofás con sus cuatro hijos y María Salomé con sus dos hijos a los lados

En el presbiterio, junto al Evangelio se encuentra el Altar de la Quinta Angustia de María, una pintura de la Piedad en tabla. En el lado de la Epístola se halla el Altar neo clásico de la Virgen del Rosario, cuadro atribuido a Juan del Castillo, del siglo XVII


 

Hay 4 capillas o retablos en cada uno de los muros laterales, Las capillas de la nave del Evangelio son la Sacramental, situada en el segundo tramo de la nave, la dedicada a las Santas Justa y Rufina, en el cuarto, la del Bautismo en el último y la de San Francisco a los pies, siendo las capillas de la nave de la Epístola las dedicadas a San Joaquín, en el segundo tramo, a Virgen de la Victoria, en el cuarto, a la Divina Pastora en el último, y a las Ánimas a los pies.

En la nave central, siguiendo el modelo de las catedrales góticas hispánicas se encuentra el coro, cerrado por tres laterales, estando solo abierto en el lado que se enfrenta al altar mayor. La sillería la talló Miguel Cano. La sillería alta muestra 4 parejas de asientos en cada lateral y la baja diez sitiales a cada lado. El órgano es de Valentín Verdalonga de 1814, en estilo churrigueresco


En el trascoro se sitúa un altar, obra de Martín de Toledo de finales del XVIII presidido por la Virgen de la Rosa, de Alejo Fernández (1.525), tiene hornacinas a los lados tallas de San Felipe Neri y San Juan Nepomuceno



Nave del Evangelio

Primero, junto al presbiterio, en la cabecera de la nave, la Capilla de la Virgen Madre de Dios del Rosario.. Destaca su reja y su retablo barroca del siglo XVIII, que consta de banco, un cuerpo de tres calles con cuatro grandes columnas salomónicas de seis espiras y ático. La imagen de la Virgen es del 1816, es patrona de capataces y costaleros. La acompañan las imágenes de san José, Melquisedec, san Joaquín y santa Ana. Se completa con azulejos de Manuel Arellano y Mensaque de principios del siglo XX


Capilla Sacramental del XVI. Posee puerta decorada, cerrada con reja, cúpula y retablo barroco del siglo XVIII, dedicado a la Inmaculada. La Virgen es una imagen del siglo XVII, titular de la hermandad Sacramental. La acompañan las imágenes de san José y san Antonio y en el ático la Coronación. Destacar el cuadro del Martirio de San Lorenzo copia de Tiziano en una de la paredes laterales, y en la otra La Presentación al pueblo, anónimo del siglo XVII.

El ara se recubre con azulejería que muestra la ultima cena en el centro, ángeles y motivos vegetales alrededor. La bóveda de la capilla es de media naranja, con linterna ciega y compartimentada en ocho gajos, en los que aparecen pistados los siete arcángeles y el Cordero Místico

A continuacion la Capilla de San Cristobal, la primera capilla que se añadió al originario templo a finales del siglo XV. La portada, de medio punto posee una reja de 1.590, en la que aparece una inscripción que indica quien pagó la capilla, evidentemente no con fines altruistas, sino para garantizarse un derecho de enterramiento en el interior de la iglesia, en aquellos años no existían cementerios como hoy los conocemos y se corría el riesgo de acabar en un nicho conjunto juntos al resto de pecadores. En este caso la capilla fue costeada por el capitan Monte Bernardo,

Un zócalo de azulejos rodea la capilla y podemos ver a Santa Cecilia, patrona de los músicos, tocando el clavicordio Además hay cuadros de la Virgen de Guadalupe y varias santas.

Frente a esta capilla hay un retablo dedicado en este caso a las hermanas alfareras, de retablo de las santas Justa y Rufina, copatronas de la Ciudad, muy vinculadas al arrabal trianero, donde vivían y tenían su taller de alfarería. Estas hermanas fueron apresadas y martirizadas en el año 287, al negarse a rendir culto a una deidad romana.


 

Consta de una hornacina trilobulada donde las santas se muestran en su iconografía habitual, ambas hermanas a los lados de la giralda y diversos objetos de cerámica a sus pies. A los lados, en dos ménsulas dos imágenes de bulto, San Francisco de Paula y Santa Teresa de Jesús,
procedentes de los desaparecidos conventos de la Victoria y de los Remedios.

La siguiente es la Capilla Bautismal, del siglo XVII , donde se encontraba la pila bautismal. Se accede a ella por reja, en el interior una cúpula de bóveda de media naranja con pechinas en las que figuran los escudos de Castilla y León y muros bellamente decorados con pinturas murales , destaca el Bautismo de Cristo, de Tomás Martínez, siglo XVII y dos cuadros copias de Rubens.
Los zócalos son de azulejos. de Triana.

Antiguamente estaba en ella la pila bautismal, de ahí su nombre, aunque ahora esta trasladada a la capilla del calvario.

La ultima capilla en esta nave es la Capilla de san Francisco de Asís. La capilla posee reja y crestería de yesería sobre un arco rebajado, algo muy poco habitual, tiene un medallón central con la La Transfiguración de San Francisco, rodeado con adornos vegetales y rematado con dos ángeles que sostienen una corona.


 

La capilla es de planta rectangular, cubierta con bóveda ochavada de pechinas en forma de concha. Las pinturas al temple de bóveda y paredes son de la escuela de Domingo Martínez.

El retablo es de estilo plateresco de finales del siglo XVI, posee pinturas sobre tablas de Villegas Marmolejo. La central corresponde a la transfiguración de san Francisco de Asís, estando san Pedro y San Pablo de los lados. En el intradós del arcosolio que aloja el retablo aparecen la decapitación de San Juan Bautista y San Jerónimo penitente, en el ático se muestra la Ascensión y en el banco un nacimiento.




Nave de la Epístola

En la cabecera tenemos la Capilla del Calvario, En ella está la pila bautismal, conocida como Pila de los gitanos, ya que en esta era la etnia dominante entre los habitantes del arrabal trianero. Es una capilla con planta octogonal, cuya bóveda es de estilo gótico, con nervaduras. contiene símbolos de las Letanías lauretanas: fuente, torre, carabela, pozo, tarro y pórtico, de Domingo Martínez

La preside un cristo datado en 1620 y atribuido a Andrés de Ocampos, el Cristo del Socorro. la capilla se divide en dos cuerpos más bóveda. En el cuerpo superior hay pinturas de domingo Martínez de san José, santa Ana, san Joaquín y san Juan Bautista. En uno de los paños inferiores hay un escrito enmarcado, del siglo XIX, sobre la construcción de esta iglesia, destacando el motivo por el cual se erige la iglesia y a que debe su nombre.


 

A continuación, en el muro de la nave un díptico que muestra en la parte superior la Adoración de los Reyes y debajo las santas Justa y Rufina sosteniendo una imagen de la ciudad de Sevilla, es de 1540, y se atribuye a un seguidor de Alejo Fernández, llamado el maestro de Moguer.

Después aparece la capilla de San José, que posee un retablo de Bernardo Simón de Pineda, con una hornacina donde está San Joaquín, padre de María, obra de Blas Muñoz Moncada de 1664, san Joaquín está en el momento previo al anuncio del ángel que le indicará que santa Ana dará a luz a una hija que será madre el Mesías, figurando en el ático un relieve del escudo de san Pedro.

La siguiente capilla es la de la Virgen de la Victoria. En ella figura un retablo, también obra de Bernardo Simón de Pineda realizado en 1663. Figura la Virgen de la Victoria del siglo XVI, con dos columnas salomónicas a los lados. La imagen llega a Santa Ana después de la desamortización del convento de los Mínimos de Triana. una imagen de San Francisco se muestra en el ático del altar. En la capilla también figura una pequeña imagen de la Virgen de Fátima.

A destacar que ante esta imagen de la Virgen de la Victoria tomaron juramento los 234 hombres que partieron con Fernando de Magallanes en 1519 completando la primera circunvalación del globo, y ante esta misma imagen, en 1522, se postraron los supervivientes de la gesta antes de presentarse ante la Virgen de la Antigua de la Catedral.

A continuación vemos un azulejo, obra de Niculoso Pisano de 1503, la Lauda Sepulcral de Íñigo López, primera obra del artista italiano en Sevilla. Hay que resaltar que Pisano introdujo en Sevilla una nueva técnica de elaboración de los azulejos en superficie plana. Estos azulejos, ocultos hasta el siglo XIX tras el altar de Santa Cecilia, muestra a un varón tumbado, con sotana amarilla y bonete morado.


 


 

Se desconoce quien puede ser la persona que se representa, se hablaba de un esclavo o un noble, sin poder asegurarlo con seguridad. Esta indefinición dio lugar a múltiples interpretaciones. Una de ellas, la más curiosa, indicaba que si una doncella golpeaba 7 veces con el tacón la cabeza de la imagen encontraría marido, ante el deterioro de la imagen a base de taconazos de optó por colocar una reja para protegerlo

Capilla de la Divina Pastora de las almas, una capilla pintada de blanco en su integridad. Data de 1588 y la imagen que figura en ella es obra de Gabriel de Astorga de finales del siglo XIX. En todo el perímetro y en el banco se dispone un zócalo de azulejos.

La última capilla es la de las Animas del purgatorio, gemela de la de San Francisco que se sitúa entrente en la nave contraria. Dispone también de arco rebajado sobre columnas y crestería donde se muestra una imagen de las Animas del purgatorio. Dispone de una reja del siglo XVI rematada por Cristo Juez, y bajo el San Miguel Árcangel. La bóveda está dividida en ocho partes, pero es de pañuelo, con linterna ciega, en la figura una una pintura de San Miguel


 

El retablo es del siglo XVIII, dispone de tres cuerpos que separan estípites. En el central la Imagen de la Virgen del Carmen, con San Rafael y San Gabriel a los lados. En el ático un relieve de las Animas Benditas del purgatorio















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