La Exposición Iberoamericana de Sevilla se celebró entre los días 9 de mayo de 1929 y el 21 de junio de 1930. Se pretendía con ella mostrar el hermanamiento entre España, los países de iberoamérica, Estados Unidos, Portugal y Brasil. Curiosamente coincidio en fechas con la Exposición Internacional que que celebró en Barcelona en 1929
El empresario sevilla Luis Rodríguez Caso, director de la fábrica de Vidrios La Trinidad propuso en 1909 a algunas autoridades locales la realización de una exposición ultramarina. A esta inciativa se suaron el alcalde Joaquín de haro Conrado y el jefe del Partido Liberal, también siputado a cortes por Sevilla, Pedro Rodríguez de la Borbolla, sumándose luego políticos y autoridades locales.
En 1910 se puso en marcha una comisión para el estudio de la viabilidad del evento, reuniéndose con el jefe del gobierno José Canalejas a raiz de una visita de este a Sevilla.
Se constituyó un comité ejecutivo con varias comisiones, estan integrado por
Hacienda Pedro Fernández Palacios
Fiestas y Turismo Fernando Barón y Martínez de Agulló (conde de Colombí),
Trabajos Mercantiles Nicolás Luca de Tena,
Proyectos José Gestoso y Pérez,
Instalaciones artísticas Gonzalo Bilbao Martínez
Propaganda José Benjumea Zayas (representando al Ayuntamiento)
Alojamientos e información José Galán Rodríguez (representando al Ayuntamiento)
Congresos Manuel Hoyuela Gómez (representando a Diputación)
Régimen Interior Federico Amores y Ayala (Conde de Urbina) (representando a Diputación)
Por Real Orden del Ministerio de Fomento del 22 de enero de 1912 se incorporaron Luis Moliní Uribarri, ingeniero del puerto; Benigno de la Vega-Inclán, marqués de Vega-Inclán; Andrés Parladé y Heredia, embajador de España en Washington; y Pablo Soler, embajador de España en Buenos Aires.
El primer emplazamiento estudiado fue los jardines de San Telmo, el Parque de María Luisa, paseo de las Delicias y el Huerto de Mariana. Después se pensó en la Palmera pero por un desbordamiento del rio se descartó; El Marqués de Nervió ofreció el cortijo del Mestrescuela, actual Ciudad Jardín; por último se valoró la posibilidad de Tablada, pero al final se mantuvo la primera idea.
El parque, tras la donación de la Infanta María Luisa Fernanda, estaba en bruto, por ello se procedió a la contratación del paisajista francés Jean-Claude Nicolas Forestier, que a mediados de 1911 comenzó sus trabajos para dotar al parque de una imagen acorde con el uso al que se iba a destinar.
Se convocó un concurso para el diseño y realización de las obras necesarias, se eligió el proyecto presentado por el sevillano Aníbal González. Este dividía el espacio en cinco zonas: pabellones de Bellas Artes y Artes Decorativas, pabellones de los estados americanos, pabellones de regiones españolas, pabellones sevillanos y un parque de atracciones.
Como curiosidad, Feliciano Candau, catedrático de de historia, muy contrario a la forma de actuar del comité organizador lamento que "las colecciones artísticas de la ciudad iban a ser trasladadas tras la exposición a dos kilómetros de la ciudad" en alusión a la idea de que los pabellones de la Plaza América sirviesen luego como museos. Si hoy viese la integración de esta zona en al ciudad y su cercanía al centro y demás puntos neurálgicos, quizás borraría sus palabras.
En origen la muestra se proveía realizar en 1914, pero por necesidades de financiación, así como por el entorno internacional, con la I GM en ciernes, esta fecha se retrasó en varias ocasiones, a los años 1916, 1921, 1923 y 1924.
Durante estos primeros años el ambiente respecto a la exposición fue variable, de un apoyo inicial de autoridades y pueblo se paso a un desinterés al ver que los trabajos no avanzaban y que la financiación no era suficiente, lo que origino una desafectación de la ciudad y la petición de dimisión de los miembros de la comisión en varias ocasiones.
Durante los años siguientes la comisión fue un entrar y salir miembros de ella, con múltiples dimisiones y el nombramiento de varios comisarios regios, uno de ellos Cruz Conde originó que Aníbal Gonzalez dimitiese de su cometido siendo sustituido por Vicente Traver, que culminó algunas de las obras pendientes, si bien algunas otras, por premura de tiempo y disposición de fondos, nunca se llegaron a acometer.
El rey Alfonso XIII realizó 32 visitas a Sevilla entre los años 1909 y 1930, lo cual da muestra del interés que el monarca tenía en la realización de la exposición, la mayoría de las visitas estaban originadas por el interés por conocer el avance de las obras y reunirse con el comité organizador de la muestra.
Una idea del comité era no cincunscribir las obras al recinto de la exposición, sino conectarlo con el casco historico y resto de la ciudad, por ello se llevaron a cabo varias obras importantes como el ensanche de la Puerta Jerez; se ensancharon las zonas de Mateos Gago y Santa Catalina, se constuyó el puente de hierro, que estuvo en uso hasta 1992, amén de ensanches en Avd Constitución y Campana.
Concurrieron al certamen los países hispanoamericanos de Argentina, Chile, Guatemala, Uruguay, Perú, Colombia, México, Cuba, República Dominicana y Venezuela. En 1912 se incorporó Estados Unidos. En 1922 se incorporó Portugal y en 1926 Brasil
El Salvador, Panamá, Costa Rica, Bolivia y Ecuador expusieron en las Galerías Americanas, que hoy son almacenes del Puerto de Sevilla en la avenida de la Raza.
Portugal construyó el pabellón de su país y, cerca del mismo, el pabellón de Macao
Respecto a España participaron Barcelona, las islas Canarias, Galicia, Extremadura, Asturias, Aragón, Murcia, Navarra, Valencia, Provincias Vascongadas, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja y León.
En el recinto de la exposición se construyeron 117 edificios, de los cuales se conservan 25 (sin contar con los chalés y otras edificaciones pequeñas). Desde 2001 todos los pabellones que se conservan son propiedad del Ayuntamiento de la ciudad, aunque su uso ha sido cedido a diversas entidades
Todos los pabellones iberoamericanos se situaron en el entorno del parque de María Luisa. Al norte del parque se construyó la Plaza de España, de estilo neoclásico. Al sur del parque se construyó la Plaza de América. Ambas fueron diseñadas por Aníbal González. Tras la muestra, los edificios del entorno de la Plaza de España albergaron diversas sedes estatales, como la Delegación del Gobierno y la Capitanía General. La Plaza de América se edificó sobre el antiguo Huerto de la Mariana. En esta plaza se colocaron tres pabellones españoles que serían permanentes; el pabellón de Industrias y Artes Decorativas, el pabellón de Bellas Artes y el pabellón Real.
En el entorno del Prado de San Sebastián se edificó el pabellón de Portugal, la glorieta de San Diego y se colocó una estatua a El Cid, donada en 1928.
Los jardines del palacio de San Telmo, donde se ubicó el Pabellón de Sevilla. Este pabellón tenía un auditorio, que pasó el Teatro Lope de Vega, y un salón anejo que pasó a ser conocido como el Casino de la Exposición.
El Sector Sur se ubicaron varios conjuntos. En una zona se construyó la plaza de los Conquistadores. Esta albergaba estatuas de algunos conquistadores del siglo XVI y una fuente dedicada a la Hispanidad. En su entorno se encontraban pabellones de las regiones españolas. En otra zona de este sector se construyó una urbanización de chalés, los Hoteles del Guadalquivir. En la actualidad es el barrio de Heliópolis, También se construyó un estadio, que se inauguró el 17 de marzo de 1929. Fue totalmente reformado y en la actualidad es el estadio Benito Villamarín.
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