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Francisco de Zurbarán - Pintor

 


Francisco de Zurbarán nació en Fuente de Cantos (Badajoz), en 1598, muriendo en Madrid en el año 1664.  Pintor español. A los quince años se trasladó a Sevilla, donde fue discípulo del pintor Pedro Díaz de Villanueva y conoció a Velázquez. Pintor del siglo de oro de la pintura española, destaca en la pintura religiosa, con una gran fuerza visual y un profundo misticismo. Su obra es representativa de la Contrarreforma surgida en Trento, donde se expone que el arte debe servir para catequizar a un pueblo inculto que no sabe leer ni escribir.

En sus inicios su pintura está influida por Caravaggio, el gran artista de los claroscuros, pero su estilo evoluciona para aproximarse a los maestros manieristas italianos (pintores del Cinquecento que viven los últimos años del renacimiento italiano). Sus obras se enfrentan al realismo de Velázquez y sus composiciones se caracterizan por un modelado claroscuro con tonos más ácidos.

Debió ingresar, en 1614, en el taller del pintor Pedro Díaz de Villanueva (1564-1654), radicado en Sevilla. Allí conocería a Alonso Cano y tomaría contacto con Pacheco, suegro del gran Velázquez, y el resto de los alumnos de su taller de pintura.



Contrajo matrimonio con María Páez en 1617, y desde ese año hasta 1628 permaneció en Llerena (Extremadura). En 1625 Zurbarán se casó en segundas nupcias con Beatriz Morales.

En 1627 tenemos su primera obra importante firmada y datada: la Crucifixión del oratorio de la sacristía del convento dominico sevillano de San Pablo el Real. Para este cenobio contrató un año antes la realización de 21 lienzos, a realizar en un peridodo de ocho meses. A continuación, entre 1628 y 1629 llevó a cabo un ciclo de pinturas para el colegio franciscano de San Buenaventura.


 

La calidad de su pintura lo llevó a que en 1629 se estableciese en Sevilla, por invitación del Consejo Municipal de la ciudad, no tuviendo que realizar el examen gremial para ejercer su oficio. Desde 1630 hasta el año 1639 su etapa más admirable, que abarca tanto naturalezas muertas, como obras de tema religioso.

Fue solicitado en la capital en el año 1634, participando en la decoración del salón de Reinos del Buen Retiro (La defensa de Cádiz contra los ingleses y la serie sobre los Trabajos de Hércules). Es esta época, por influencia de pintores italianos que trabajaban en Madrid, abandona el tenebrismo, como ya lo habia hecho Velázquez, y otros autores, adaptando el clasicismo toscano, haciendo los fondos más claros y y su pintura menos contrastada. Las pinturas del retablo de la capilla de San Pedro de la catedral de Sevilla (1635-1636) permiten apreciar su evolución artística.


 

Regresó a Sevilla y realizó obras para el convento de la Merced Descalza (1636), también para la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, en Llerena, la cartuja de la Defensión de Jerez de la Frontera, y el monasterio de San Jerónimo de Guadalupe. En el conjunto de su obra destacan las obras realizadas para la cartuja de las Cuevas de Sevilla (San Bruno y el papa Urbano II, San Hugo en el refectorio de los cartujos, Virgen de los cartujos). 

A destacar que una parte importante de su obra se realizaba para su envio posterior a tierras americanas, la disminución del trafico comercial allende los mares, unido a la crisis económica en a que se sumió Sevilla repercutió en los pintores de la ciudad, de hecho alguno de ellos, como Alonso Cano, se vio obligado a marchar a Madrid en busca de nuevos mercados.

Para la Orden de la Merced, fundada por San Pedro Nolasco, realizó una serie de lienzos, la Visión de la Jerusalén Celeste y La aparición de San Pedro a San Pedro Nolasco, la Partida de san Pedro Nolasco, la Aparición milagrosa de la Virgen del Puig, el Nacimiento de San Pedro Nolasco y la Rendición de Sevilla, estos lienzos hoy se pueden ver en museos de Madrid, Mexico, Burdeos.




 

Para la Cartuja de Jerez de la Frontera realiza  once cuadros para el retablo del altar mayor. La mayor parte de los mismos se encuentran actualmente en el Museo de Cádiz. Entre ellos se hallan La Batalla de Jerez, La Anunciación, La Circuncisión, La Adoración de los pastores, La Adoración de los magos. 





 

Para el Colegio de Santo Tomás, de la orden dominica, pintó, entre otros, el Triunfo de Santo Tomás de Aquino, 

El convento de San Pablo el Real le encarga una serie de lienzos, algunos basados en la vida de Santo Domingo, séptimo de los Doctores de la Iglesia. Los cuatro primeros doctores eran: Ambrosio, Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona y Gregorio Magno. En el Museo de Sevilla se encuentran tres de los cuatro Padres de la Iglesia. Otros dos lienzos se conservan en la iglesia de La Magdalena  la Aparición de la Virgen a los monjes de Soriano y la Curación milagrosa del beato Reginaldo de Orleáns

Interesante es la serie de Santas Vírgenes, parte de ella puede verse en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, Son imágenes de mujeres con gran elegancia, sin signos visibles de sufrimiento, a pesar de ser mártires, y cada una se representa con su iconografía martirológica, por la cual son reconocibles. Se consideraron indecentes en su día, mostrar a santas con aspecto de mujeres mundanas no fue bien visto por parte del clero. Entre ellas destacan Santa Agueda, Santa Apolonia, Santa Casilda, Santa Dorotea, Santa Bárbara, Santa Inés, Santa Lucía... algunas de ellas pueden también admirarse en París, Genova, Nueva York, Madrid, Londres, 






 

 

 


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