En un antiguo cruce de caminos, entre el camino real que unía Sevilla y Córdoba, y el inicio de la Ruta de la Plata que nos llevaba hasta la tumba del Apostol Patrón de España, se levanta un templete, desconocido para la mayoria de los sevillanos, llamado Templete de San Jerónimo o Humilladero del Santo Negro, en honor del eremita y anacoreta San Onofre ( Rey egipcio o asirio nacido sobre 320 dC. Un día salió del palacio donde vivía plácidamente y conoció la pobreza, abandonando su vida de comodidad y solicitando ser admitido en un convento en medio del desierto. Gran seguidor de san Elías y san Juan Bautista, dio un paso más en su deseo de acercarse a Dios, y se convirtió en eremita, permaneciendo 60 años dedicado a la oración, falleció en el año 400 dC )
En el interior del templete existía en tiempos una imagen del santo, al que todos viajeros que iniciaban su ruta por este lugar solicitaban tener un buen viaje.
Como otro destacable ejemplo de templete en Sevilla tenemos el de la Cruz del Campo, tambien levantado al inicio de un camino, y cuyo fin era similar. Sobre su origen se manejan varias leyendas, desde que en ese mismo lugar se detuvo el caballo de San Fernando antes de entrar en la Sevilla conquistada, en el año 1248, pasando por la historia que relaciona el templete con un Via Crucis que se realizaría desde el lazareto de San Lázaro, leprosería situada en las afueras de la ciudad amurallada. También se maneja la idea de que fuese una construcción apotropaica del cercano Monasterio de San Jerónimo de Buenavista ( eran mecanismos de defensa mágica o sobrenatural, con los que se pretendía alejar del lugar indicado a malos espíritus )
Su descubrimiento fue circunstancial, al derribar en el año 1914 la Venta del Santo, que se alojaba en esa localización, apareció el templete, que fue refeernciado por el historiador del arte, d. Diego Angulo Iñiguez, como levantado en el siglo XV, en estilo gótico Mudéjar, estilo preponderante en estos pagos durante el reinado de los Reyes Católicos.
Es un edificio a cuatro aguas, con arcos góticos apuntados y que están rematados por puntas de diamantes ( Ornato con apariencia de pirámide que en serie y orden
simétrico se adhiere por la base —quedando por tanto de lado— a la
fachada de algún palacio antiguo, o festonea aleros, arcos,
arquivoltas, chambranas y molduras de monumentos románicos y góticos ) enmarcados por un baquetón que los circunda. En el interior hay cuatro semicolumnas con basa y capitel de mocárabes donde apoyan las nervaduras de crucería que sostienen el cuerpo superior. Remata el conjunto una doble cruz papal anteriormente localizada en el cercano Monasterio de San Jerónimo de Buenavista.
La imagen que ahora podemos ver no es la original, aquella se supone que correspondía a San Onofre, aunque también pudiera haber sido una cruz de camino de mármol, similar a la del templete de la Cruz del Campo. Actualmente la imagen que se aloja en el interior es un Corazón de Jesús de hierro fundido patinado con una capa de pintura de color negro para prolongar su conservación, que debemos a d. Miguel Sanchez Dalp y Calonge, que restauró el monumento y colocó la imagen. Del color que adquiere la imagen proviene el nombre con el que se la conoce, "El Santo Negro"
A día de hoy, originado por el aumento de comunicaciones terrestres que origina una ciudad como Sevilla, el monumento está rodeado totalmente por vias de tren y carrreteras, concretamente la Ronda de Circunvalación SE-020; la Ctra Sevilla-Alcala del Rio; las vias de tren Sevilla-Madrid, y el canal del arroyo Tamarguillo.
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