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Luisa Roldán "La Roldana" - Escultora



Hablar de Luisa Roldán, "La Roldana", es hablar de una de las sagas más importantes en la historia del arte, no solo sevillano, sino a nivel nacional. Inicia la saga Pedro Roldán, insigne tallista al que debemos, entre otros, las yeserías de Santa María la Blanca; relieve del Descendimiento de la Iglesia del Sagrario; San Fernando de la Sacristía Mayor de la Catedral; imágenes, salvo la Virgen, del paso de la hdad de la Quinta Angustia, y muchas más. Luisa continua el legado de su padre y en la tercera generación hay que destacar a Pedro Duque Cornejo, sobrino de Luisa, autor, entre otras obras de, retablos e imágenes de bulto de la Iglesia de San Luis de Los Franceses de Sevilla; Sillería de la Catedral de Córdoba; retablo de Nuestra Señora de la Antigua de la Catedral de Granada.

Con estos datos no es de extrañar que Luisa Ignacia Roldán Villavicencio, cuarta hija de Pedro Roldán, fuese una de las imagineras más excelsas del barroco. Nacida en Sevilla, el 8 de septiembre de 1652, y fallecida el 10 de enero de 1706, en sus 54 años mostró una valía poco habitual, convirtiéndose en la primera tallista registrada como tal. De hecho el diccionario biográfico universal más prestigioso del siglo XVIII, el Nouveau Dictionnaire Historique de Chaudon, dedica una de sus entradas a Luisa , destacando el éxito con el que cultivó “el arte de su padre”

Sus primeros pasos en el arte los dio en el taller de su padre, en aquellos tiempos los gremios controlaban a los artistas para evitar intromisiones, era obligatorio un periodo de formación en el taller de un maestro, tras el cual se realizaba un examen ante tres miembros del gremio, que, si consideraban que el solicitante reunía las condiciones debidas, otorgaba un apto que le permitía a este ejercer con taller propio. Los gremios controlaban hasta tal punto las intromisiones que hasta el mismo Martínez Montañés estuvo denunciado habida cuenta que podía ejercer la talla, pero no la pintura, siendo de su agrado el policromar sus obras, sin poder hacerlo al no tener el apto de este gremio.

Tras su etapa de formación ejerció su trabajo en Sevilla, en taller propio junto a su esposo Luis Antonio Navarro de los Arcos, es conocido que este, solapado por el arte y la maestría de su mujer, sufrió de celos profesionales, y no profesionales, que hicieron que el matrimonio pasase por malos momentos. Después, en 1686, se trasladó a Cádiz pues el cabildo catedralicio, y también el consistorio le habían encargado obras. Viajo en 1688 a Madrid donde se estableció como escultora de cámara de los monarcas Carlos II y Felipe V, el último rey de la dinastía de los Austrias y el primer rey Borbón, llegado de Francia,

Mientras se formaba en el taller de su padre, uno de los mayores de Sevilla, un aprendiz, Luis Antonio Navarro se enamora de Luisa y se prometen matrimonio, Pedro Roldán se oponía al enlace, sin que se conozca el motivo, pero ante la insistencia de la pareja el asunto llega a los juzgados y allí se decide que se lleve a la joven a casa del dorador Lorenzo de Ávila, para “tenerla en su poder con la guarda y custodia necesaria y que no la entregara a persona alguna sin licencia y mandamiento judicial”, auto firmado el 17/12/1671, ocho días después se celebra el enlace en la Iglesia de San Marcos, sin la asistencia de Pedro Roldán.

En su época era muy difícil que una mujer pudiese destacar en el arte, tenían restringido el acceso a taller propio pues los gremios no eran proclives a ello, esto originaba que estas tuviesen que trabajar en talleres de forma anónima y que los varones firmasen sus obras, así sucedía con Luisa, pues su marido, con mucho menor talento que ella, firmaba obras realizadas por la artista. En aquel tiempo era normal considerar que la mujer debia limitarse al entorno privado de la familia, o a los cenobios, no siendo costumbre que participaran en la vida pública, por ello muchas de sus obras fueron asignadas a familiares o a su propio esposo, descubriéndose con el tiempo su autoría. Muestra de los prejuicios existentes dos citas, una de Ceán Bermudez “se distinguió en las figuras pequeñas en barro, cuya execucion era mas conforme á la delicadeza de su sexo”, y otra de Deshayes que indicaba que la artista realizaba grandes obras “a pesar de la delicadeza de su sexo”.

Se destaca de ella el espíritu decidido e independiente, que la hace casarse con quien quiere y ser el sustento económico de su familia; o su carácter resulto que le lleva a escribir directamente a monarcas solicitando ser escultora de cámara. Digno de encomio que desde su matrimonio y hasta los 37 años Luisa compagina su labor profesional con 7 partos, 4 hijos fallecidos y la crianza de los otros tres, lo que da idea de su temperamento y fortaleza.


En los primeros años de matrimonio no hay documentación que nos ofrezca un relato de las obras realizadas, eso si, en algunas de las firmadas por su esposo, ambos trabajaban en el mismo taller, se ven rasgos que los especialistas establecen sin duda como de Luisa, un ejemplo son los encargos realizados por las hermandades de la Exaltación de 1678 ( Los dos ladrones, las ocho cartelas y los cuatro ángeles pasionistas del paso ), o Carretería de 1677. Estos rasgos se cifran en independencia con respecto a las estructuras compositivas, más dramatismo de expresiones y rasgos físicos de las figuras, rostros ovalados, ojos rasgados, cejas arqueadas, bocas anhelantes, etc. Son nacimientos y esculturas para retablos o procesión, cuyos encargos corresponden a Hermandades, Iglesias, Conventos, hospitales.


 

Entre las imágenes realizadas e su época sevillana, tras su matrimonio, se le atribuyen algunas dolorosas de la Semana Santa de Sevilla, La Virgen de Regla de la Hdad de los Panaderos se sitúa en el círculo cercano de la autora; también la Virgen de la Estrella de la Hdad del mismo nombre, que durante un tiempo se atribuyó a Martínez montañés, pero que tras una restauración se asigna a la imaginera. El caso más particular es el de la Virgen de la Esperanza Macarena, no atribuida formalmente, pero que guarda gran parecido con otra talla mariana que se conserva en Sisante (Cuenca), curiosamente pueblo de origen del nuevo Arzobispo de Sevilla. Todas ellas son atribuciones no oficiales determinadas por los rasgos o formas de trabajar de los tallistas, encontrando similitudes como profundidad, componentes de la encarnadura...



 

Tambien realiza en Sevilla la Virgen de la Sede en la iglesia del Hospital de los Venerables Sacerdotes; Virgen con el Niño de la Academia de Medicina de Sevilla; Virgen Peregrina que se conserva en el museo de las Madres Benedictinas del monasterio de la Santa Cruz de Sahagún

Tras la estancia en Sevilla marcha con su familia a Cádiz, donde se encuentra entre 1687 y 1689. Allí ejecuta, entre otras obras, San Servando y San German, patronos de la ciudad, en 1687, en la imagen de San Servando se encontró un pliego que indicaba “Diseñado por Pedro Roldán, hecho por Luisa Roldán y dorado y estofado por Luis Antonio de los Arcos”, las imágenes fueron encargadas por el ayuntamiento, pero hoy están en la Catedral de la ciudad; también realiza el Monumento Eucarístico de la Catedral en el mismo año; la Virgen de la soledad en1688, donación del matrimonio al convento de San Francisco de Paula de Puerto Real.



 

También realiza un Ecce Homo conservado en la Catedral gaditana, en este caso la atribución es directa, durante una restauración se descubrió un documento autografiado de puño y letra por la misma autora en la que se atribuye la realización de la talla.

Para otras localidades talló Nuestra Señora de la Soledad de Puerto Real, Niño Jesús quitapesares de la iglesia de San Pedro en Arcos de la Frontera; Niño Jesús de la Hermandad del Dulce Nombre de Jesús en el convento de Santo Domingo de Jerez; dos ángeles del transparente del convento de Madre de Dios en Sanlúcar de Barrameda.


 

De Cádiz viaja a Madrid donde se establece en 1689. En los primeros años esculpe “El descanso en la huida a Egipto” ( tomando la iconografía de Bounarotti y Veronés); “Los desposorios místicos de Santa Catalina” o “La Muerte de la Magdalena”.



 

En octubre de 1692 Luisa fue nombrada escultora de cámara por Carlos II, reconocimiento que también obtuvo de Felipe IV. Este cargo que llevaba aparejado gran prestigio no le sirvió, a pesar de ello, para obtener una situación económica desahogada. A partir de 1699, ya fallecido su padre realiza “Sagrada Familia con el Niño dando sus primeros pasos” y “San Joaquín y Santa Ana con la Virgen Niña” que se conservan en Guadalajara

 



Carlos II encargo a Luisa un nazareno para enviar como regalo a Inocencio XI, falleció el Papa y la imagen iba a ser depositada en el Monasterio del Escorial, pero la muerte del rey hizo que al final quedase en el taller de Luisa sin entregar. Finalmente la imagen fue enviada por sus hijos al convento de las Religiosas Clarisas, conocidas como Nazarenas, de Sisante (Cuenca)


Realizo múltiples belenes en los que situaba a la Sagrada Familia rodeada de ángeles, incluyendo algún animal propio de los nacimientos, mula, buey, ovejas. Estas obras tienen una tendencia al rococó y sus imágenes están muy humanizadas, por lo que se cree que usaba modelos reales para su realización, siendo personas próximas a ella.

Sus desavenencias matrimoniales, y los altibajos que estas le causaban, pueden estar detrás de la diferencia que se observa en algunas de sus obras, algunas llenas de tranquilidad y otras de exacerbado dramatismo, como si en ellas quisiese plasmar su situación personal del momento, en calma o depresiva.

Sus obras hoy se pueden ver en Sevilla, Cádiz, Córdoba, León, Guadalajara, Santiago de Compostela, San Lorenzo del Escorial, Jerez, Sanlucar de Barrameda, Madrid, Londres, Los Angeles, Toronto.

Video sobre la obra de "La Roldana"

 
























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1 Comentarios

  1. La Macarena no puede ser de la Roldana, ya que la imagen es anterior a ella.

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