Alfonso X de Castilla y León, apodado "el Sabio", nacio en Toledo el 23 de noviembre de 1221 y falleció en Sevilla, donde está enterrado en la Capilla Real de la Catedral, el 4 de abril de 1284. Obtuvo la corona a la muerte de de su padre, Fernando III "el Santo", Hijo de Berenguela, reina de Castilla, y de Alfonso IX, rey de León, el 30 de mayo de 1252, siendo su madre la princesa alemana Isabel de Suabia, hija de Felipe de Suabia, rey de Romanos y duque de Suabia, y de Irene Ángelo, hija de Isaac II Ángelo, emperador del Imperio romano de Oriente, la cual cambió su nombre a Beatriz tras la muerte de su hermana, poco antes de su enlace con el rey santo. Pertenecía la casa real de Borgoña.
Continuó la política de su padre contra el Islam y tomó las plazas de Jerez, Medina-Sidonia, Lebrija, Niebla y Cádiz, repobló Murcia y la Baja Andalucía y arrasó Rabat. En el plano interno dedico sus esfuerzos en reprimir rebeliones interiores, como la protagonizada por el infante Enrique y varios nobles (1255), la revuelta que se produjo en Vizcaya (1255) o la que encabezó el infante Felipe (1272).
Casó con Violante, hija de Jaime I en un acuerdo que daba fin a la disputa entre ambs monarcas, aú cuando antes habían sido pactados dos matrimonios para el, con la infanta Blanca de Champaña, hija del rey de Teobaldo I de Navarra y con Felipa de Ponthieu, hermana de su madrastra la reina Juana, para cuyo enlace el papa Gregorio IX emitió dispensa.
Tuvo hijos naturales antes de contraer matrimonio, y con Violante de Aragón, una vez casado, tuvo 11 hijos, Berenguela; Beatriz; Fernando de la Cerda; Leonor; Sancho IV de Castilla; Constanza; Pedro; Juan; Isabel; Violante de Castilla; Jaime de Castilla.
Estando fuera de la península, en su afán por obtner el trono del Sacro Imperio, los benimerines de Marruecos desembarcaron en Algeciras, en la lucha que se entabló falleció su primogénito, el infante Fernando de la Cerda, llamado a ser su sucesor, el cual ya estaba casado y tenía dos hijos. Esta muerte derivó en un litigio entre Alfonso X y su hijo Sancho IV el Bravo, pues este se consideraba merecedor del trono, aún cuando Afonso desigó heredero al hijo mayor de Fernando. Al final consiguió el trono Sancho. Alfonso, en reconocimiento a Sevilla por haber permanecido fiel a su causa le otorgó el uso del emblema NO8DO que luce en su bandera.
Alfonso X pretendía renovar y unificar los diversos fueros que regían sus dominios. Para lograr ese objetivo, el primer paso fue la redacción del Fuero Real para las ciudades del país. Esta unificación jurídica formaba parte del intento general de homogeneización de los territorios reales que emprendió Alfonso.
Alfonso utilizó a la Iglesia como instrumento de gobierno. Algunas figuras del alto clero recibieron importantes cargos
gubernamentales y actuaron como embajadores regios, tanto ante el papa
como en otras cortes. Uno de los principales eclesiásticos del reinado fue Remondo, arzobispo de Sevilla, estrecho colaborador del rey, al cual se debe la distribución de la Sevilla post islámica en collaciones que aún pedura en la ciudad.
Alfonso destacó sobre todo en el orden cultural, llegó a ser el monarca más preparado y culto de su época, y sus muchos logros hubiesen sido más ponderados en la historia de no haber acabado su reinado con el enfrentamiento con su hijo Sancho y parte de la nobleza hispana.
El Toledo creó la Escuela de Traductores de Toledo, donde reunió a judios, musulmanes y cristianos que colaboradon con total libertad trasfiriendo conocimeintos entre ellos, compendiando textos de toda índole, otorgando a la Escuela una proyección universal.
Las obras fueron basicamente de tres tipos, jurídicas, científicas e históricas.
En el ámbito jurídico destaca el Código de las siete partidas (1256-1263 o 1265), donde se recoge lo mejor del derecho romano para unirlo a las más vivas tradiciones de Castilla. Este código, de larga influencia en el ordenamiento castellano y español, supuso la recepción del derecho romano en Castilla y su incorporación a la corriente europea del «derecho común»
El el orden histórico destacan la Crónica general y la grande e general estoria, el primero intentó contar la historia de España desde un punto de vista unificador, y el segundo era una relación de la historia universal
Cultivó la poesía y es en la vertiente religiosa donde el rey alcanza sus mayores logros: las 420 canciones que componen las Cantigas de Santa María, dedicadas a enaltecer los milagros de la Virgen María, constituyen uno de los más preciados legados de musicalidad y variedad métricas. En estas cantigas se añaden a la poesia ilustraciones y partituras, elaborando un compendio único en la cultura de la época.
A lo largo de su vida Alfonso X tuvo dos grandes conflictos familiares, uno ya destacado, el enfrentamiento con su hijo Sancho, y el otro con su hermano Fadrique, al que mandó ajusticiar al entender que mantenía amores incestuosos con la viuda de su Padre, como se detalla en este artículo de la Torre de don Fadrique.
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