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María de Padilla - una reina post morten

 

 


 

María de Padilla, nace en lugar no determinado en 1334, hija de Juan García de Padilla y de María González de Hinestrosa, pertenecía a esta familia noble castellana, originarios de Padilla de Abajo (Burgos), las crónicas de su época la describen como “muy fermosa, e de buen entendimiento e pequeña de cuerpo”. Del poder que llegó a tener María y de su posición de influencia en la corte tenemos un testimonio en la arquitectura de los Reales Alcázares de Sevilla, su residencia oficial, dando nombre a unos afamados baños en el conjunto histórico sevillano.

En 1352 Pedro I se dirige hacia Asturias a luchar contra su hermanastro, Enrique de Trastamara, hijo de su padre Alfonso XI de Castilla y su amante Leonor de Guzmán. Como curiosidad, la relación entre Alfonso XI de Castilla y Leonor de Guzman sirvió de argumento para la opera de Gaetano Donizetti llamada "La Favorita".


 

En este viaje el privado del monarca, Juan Fernández de Henestrosa, tio paterno de María, se la presentó al rey. Desde ese instante ambos se convierten en amantes hasta su muerte.

Al año siguiente, 1353, Pedro I se casa en Valladolid con Blanca de Borbón, hija del bisnieto de Luis IX de Francia, San Luis Rey, e Isabel de Valois, nieta de Felipe III de Francia. Este matrimonio no era del gusto del rey, al haber sido pactado entre su favorito, Juan Alfonso de Alburquerque y su madre, Isabel de Portugal. A los tres días de la boda el rey abandona a Blanca, al parecer por no haber sido recibida la dote del matrimonio, y quizás por haber mantenido relaciones con el infante Fadrique, hermano del rey, en el trayecto de Francia a Valladolid. El rey vuelve con su amante María de Padilla.



Apartar a la reina Blanca y volver con su amante le valio al rey el levantamiento de tres de sus hermanastros, Enrique, Fadrique y Tello. Pedro I recibió el apoyo de la pequeña nobleza, la burguesía urbana y la comunidad judía. Enrique contó con el apoyo de la alta nobleza y el pueblo llano. Los nobles franceses pidieron al Papa que actuase y este llegó a amenazar con la excomunión al rey si este no abandonaba a su amante.

Pedro quiso casarse con Juana de Castro, viuda de Diego de Haro, el  Pontífice envió a Beltrán, obispo de Sena, para que iniciase proceso canónico contra los obispos de Salamanca y Ávila, que habían apoyado al rey, y obligar al rey a abandonar a Juana y se uniese a su esposa, Blanca,

María solicitó permiso al Papa para fundar un monasterio de monjas clarisas, autorizandolo el Pontífice pensando que María ingresaría en el convento y se apartaría del monarca. En 1353 fundó el monasterio de Santa Clara en Astudillo, pero no llegó a profesar y regresó junto a Pedro I una vez roto su matrimonio con Juana de Castro.



María le dio cuatro hijos al rey, en principio ilegítimos: Beatriz en 1353, Constanza en 1354, Isabel en 1355 y Alfonso en 1359

El rey, en 16361, mandó asesinar a Blanca, reina legítima a la que había repudiado, pero que gozaba de gran favor entre nobles y pueblo. El interés del monarca no era otro que el de nombrar reina a María de Padilla, pero esta falleció al poco tiempo en Astudillo, donde tenía su residencia,

El rey persiguió el reconocimiento de María y declaró ante las cortes “haberse casado con D. María por palabras de presente, ocultando ese casamiento para evitar que algunos de su reino se alzasen contra él”, y que este matrimonio secreto se realizó ante el Abad de Santander, consiguiendo que el arzobispo de Toledo declarase nulos los dos matrimonios anteriores, el legal con Blanca, y el bígamo con Juana de Castro, confirmando las cortes, post morten, que María de Molina había sido reina legítima y nombrando heredero a Alfonso en detrimento del infante Juan, hijo de Juana.


 

El propio rey ordenó trasladar los restos desde el monasterio de Astudillo donde estaban, monasterio que ella misma fundó,  a Sevilla, donde se encuentran en la Catedral, lugar donde también reposan los restos de Pedro I, llamado el Cruel o el Justiciero, en la cripta bajo la Capilla Real

Su hijo Alfonso (1359-1362) fue designado heredero de trono, trono que no llegó a ocupar pues su padre fue asesinado por su hermanastro Enrique I de Trastamara en Montiel, cerrando con ello la historia de la Casa de Borgoña al frente de la corona, estableciendose Enrique como el primer monarca de la Casa de Trastamara, que reinaría hasta Juana, llamada la Loca, última monarca de esta casa, que fue sustituida por la de los Austrias.

Las tres hijas de María Padilla conocieron diversos destinos: Beatriz entró en una orden religiosa, Constanza se casó con Juan de Gante, duque de Lancaster e Isabel con Edmundo de Langley, duque de York, hijos ambos del rey Eduardo III de Inglaterra.
 

 
 
 


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