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Hernán Ruiz II - Arquitecto

 

 


Nació en Córdoba sobre 1521, siendo su padre Hernán Ruiz “el Viejo” un cantero y arquitecto burgalés, entre cuyas obras se encuentra el crucero de la Catedral de Córdoba, lo cual explica que eligiese la arquitectura como medio de vida. No llegó a salir de Andalucía,. Pero su influencia se hace notar en todo el renacimiento hispano.

Aprendió pronto a cortar la piedra, familiarizándose con el diseño arquitectónico y proyectismo. Su padre le proporcionó formación enseñándole dibujo y las tareas propias del arquitecto, gracias a ello adquirió un sólido y fundamentado conocimiento de la construcción, su formación radicó fundamentalmente en los procesos técnicos y prácticos, y en el ejercicio del dibujo como base de todo proyecto edilicio.


Con solo 16 años superó el examen de maestría del gremio de canteros en Córdoba, al igual que en las artes era preciso superar unas pruebas de un tribunal elegido por el gremio, no hacerlo, y ejercer la profesión, se consideraba intrusismo y era penado. Habiendo aprobado la prueba, Hernán comenzó su carrera en solitario, ya podía dirigir obras de gran dificultad, como el convento de Madre de Dios de las religiosas Dominicas en Baena (Córdoba). En este cenobio sigue las normas de Diego de Siloé (Burgos 1495-Granada 1563, arquitecto y escultor castellano, uno de los primeros artistas del Renacimiento en España) cuando en 1532 proyecta el edificio.

En 1535 se dan cita en Sevilla diversos maestros mayores, el objeto de esta comparecencia en la ciudad hispalense era aconsejar la forma en que deberían ser continuadas las obras, tanto civiles como eclesiásticas, que por fallecimiento, dejo sin concluir Diego de Riaño. Entre los asistentes estaba Hernán Ruiz “el Viejo” acompañado de su hijo. Conocer Sevilla y su arquitectura fue determinante en el posterior devenir de a carrera de Hernán.


Hernán comienza a trabaja y en la Diócesis de Córdoba realiza una frenética labor constructiva, realizando también trabajos puntuales en edificios ya levantados, aunque en 1544 es encarcelado por impago de deudas. Tras ello contrae matrimonio al menos en dos ocasiones, con Luisa Díaz la primera y con Beatriz Cervantes la segunda.

Regresa a su actividad constructiva, y en 1548, a la muerte de su padre le sustituye como maestro de obras de la Catedral de Córdoba, modificando el proyecto de crucero que había elaborado su predecesor añadiendo formulas ya plenamente renacentistas en el edificio.

Hernán domina las formas clásicas, conoce a fondo los manuales de Alberti, Palladio o Serlio, explotando su creatividad en base a los conocimientos que poseía, proponiendo nuevos planteamientos arquitectónicos. Supo crear un lenguaje propio, muy personal e identificable, explotando el diseño y el manejo de espacios, las soluciones a problemas de alzados y cubiertas, como también el campo ornamental y decorativo. Su facilidad para el cálculo de estructura y su dominio del dibujo aplicado a la piedra le permite fomentar su creatividad y llegar al límite de posibilidades del lenguaje clásico.


Realizaba proyectos y era director de numerosas obras, realizadas de forma simultánea, lo que le valió alguna que otra sanción, de hecho su sueldo fue retirado por los comitentes del Ayuntamiento de Sevilla, el entender que desatendía las obras en favor de otros proyectos. Hay que tener en cuenta que desarrolló proyectos civiles, religiosos, conventos y palacios, puentes, sacristías y capillas, espadañas y campanarios.

En la Capilla Real de la Catedral de Sevilla corrige los errores del arquitecto anterior, Martín de Gainza, con una solución nueva, una bóveda semiesférica sobre pechinas y sin tambor, rematada por una linterna, que a su vez apea en un prisma contrarrestado lateralmente por tres bóvedas de horno. Respecto al campanario de la Giganta, antiguo minarete de la Mezquita, hoy Giralda, plantea un recrecimiento de treinta metros con cuatro cuerpos decrecientes en volumen y altura, los dos primeros como la planta cuadrangular de la torre, y redondos los últimos, coronados por una imagen en bronce de la Fe victoriosa que serviría veleta, el llamado giraldillo que daría nombre a la torre.


El Córdoba realiza varias obras con un novedoso planteamiento, planta de cruz latina de una sola nave y capillas embutidas en el muro, con bóveda semiesférica con linterna que cubre el crucero.

Otra de sus grandes obras en la capital hispalense es el Hospital de las Cinco Llagas, u Hospital de la Sangre, hoy convertido en sede del Parlamento Andaluz. Asume la dirección de obras en 1558, termina las torres y patios, realizando el diseño de la iglesia, cuyo gran éxito es como se imbrica en el resto del edificio.

 





 





 

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