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Francisco de Herrera "Herrera el Viejo" - Pintor

 


Fue un pintor, diseñador y grabador del siglo de oro, habiendo nacido en Sevilla en 1590 y fallecido en Madrid en el año 1654. Es a su vez padre de otro pintor y arquitecto del mismo nombre y apodad Francisco Herrera “el Mozo” en contraposición de su padre (Sevilla 1627 – Madrid 1685).

Herrera el Viejo fue discípulo de Francisco Pacheco, suegro de Velázquez, y comenzó a pintar sobre los 20 años. Al poco tiempo, en 1616, con 26 años, recibe un encargo por parte de los frailes del convento grande de San Francisco para la capilla de la Vera Cruz, cuando aún no había sido evaluado por el gremio, y no podía ejercer la actividad de pintor al no pasar el preceptivo examen. Al realizar el encargo sin los requisitos oportunos, algunos de los pintores en activo en Sevilla lo llevan a pleito. Hasta el año 1619 en que consiguió aprobar el examen de acceso del gremio trabajó de forma ilegal en Sevilla. De esta serie solo se conservan tres lienzos, “La Inmaculada con monjes franciscanos”, “El rescate de San Luis” y “La visión de Constantino”


Su obra remite a influencias de Juan de Roelas, Francisco de Zurbarán y el mismo Velázquez, los dos últimos coetáneos de Herrera e incluso en el caso de Velázquez alumno del mismo maestro. Su primer lenguaje artístico es arcaico, residual del manierismo, de raíz flamenca, dejando notar un prometedor uso del color, detalle que adquirió de Roelas, introductor del naturalismo veneciano en Sevilla.

En 1617 pinta un lienzo sobre Pentecostés que se conserva en el Museo del Grado de Toledo.

Su “Apoteosis de San Hermenegildo” pintado para el retablo mayor del Colegio de Teología de la Compañía de Jesús en Sevilla, que se custodia en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, esta datado en 1620. En el cuadro aparecen dos registros y una gloria de ángeles que nos traslada a la pintura de Roelas. Su hijo “el Mozo” realizó uno con idéntico motivo que revolucionó la pintura sevillana, al haberse realizado tras su paso por Italia.


Realizó los lienzos del retablo de san Basilio, 18 en total, entre los años 1638 y 1639, nueve de estos cuadros se conservan en Sevilla, el resto, salvo “San basilio dictando su doctrina”, que se encuentra en el Louvre parisino, de desconoce donde se encuentran.

El Arzobispado de Sevilla conserva una inmaculada suya de 1614.

En 1625 Herrera casa con María de Hinestrosa, naciendo en 1627 su hijo Francisco, también pintor, de quien cuenta que abandono Sevilla rumbo a Italia al no poder soportar el carácter difícil y conflictivo de su propio padre y maestro. Se cuenta que tras robar a su padre una importante cantidad de monedas, junto con su hermana partió a Italia.


 

Colabora con Zurbarán, rival profesional dentro del ámbito local, en el Colegio de San Buenaventura, algunos de estos lienzos están en Louvre, Prado, Grenville, “San Buenaventura recibe el hábito franciscano” “Santa Catalina y la familia de San Buenaventura” entre otros. También pinta para este colegio la decoración de yeserías, los frescos de la cúpula, las pechinas y la bóveda.

Ya en su madurez artística Herrera sigue anclado en la tradición, hay pintores más jóvenes que aportan novedades técnicas y se acercan al naturalismo, pero el no modifica en exceso su estilo. Sobre 1630 ingresa en prisión por varios retrasos en la entrega de sus obras contratadas, el mismo Juicio final de San Bernardo, que le colmaría de gloria entre sus coetáneos fue entregado fuera de tiempo y le origino un molesto pleito.

Algunos de sus más afamados cuadros son “San diego” (colección particular) “juicio Final (parroquia de San Bernardo de Sevilla), “La parentela de Jesús” (Museo de bellas Artes de Bilbao), “Figuras de los apóstoles” (Galería Uffizi de Florencia); “San José Con el Niño (Museo de Bellas Artes de Budapest), “Ciego tocando la zampoña” (Museo de Historia del Arte de Viena)



Todo ello nos hace entender lo internacional de su obra y la importancia de este pintor dentro del ámbito de la escuela Sevilla.

Su estilo es el puente entre el manierismo y el barroco. Es una de las primeras figuras del naturalismo sevillano del XVII, con la influencia de Roleas primero, y después de otros pintores se adaptó al naturalismo, no dejando de lado la técnica tenebrista que nos llegaba por las obras de José de Ribero, y se acercó al barroco en su madurez profesional 

 













 

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