Nota: a falta de que pueda volver a visitarse el monumento y se realice reportaje fotográfico al efecto, las fotos que adornan este artículos están recopiladas de distintas webs de internet, no reflejando todos los elementos recogidos en los textos
Alcázar de Sevilla I Introducción
Alcázar de Sevilla II Patio y Cuarto Almirante
Alcázar de Sevilla III El Palacio Mudéjar
Alcázar de Sevilla IV El Palacio Alto
Alcázar de Sevilla V El Palacio Gótico
El palacio mudéjar, o palacio de Pedro
I se levantó, junto al palacio gótico, en un lugar donde existían otras construcciones
anteriores que se derribaron entre los años 1356 y 1366. Los artistas que intervinieron provenían de Toledo, Granada y de la misma Sevilla. Este palacio fue modificado por los
Reyes Católicos y posteriormente por los Austrias Mayores.
Para situarnos en el momento histórico
reseñemos que Pedro I (1334-1369), rey de Castilla entre 1350- 1369,
era hijo legítimo de Alfonso XI de Castilla y su prima María de
Portugal; Este matrimonio tuvo dos hijos, Fernando, que murió antes
del año y Pedro I.
Al mismo tiempo su padre mantenía como
amante a Leonor de Guzmán ( como curiosidad esta relación inspiró a
Gaetano Donizetti el argumento de su ópera “La Favorita” ). De estos amores
nacieron 10 hijos naturales ( Pedro de Aguilar, Sancho Alonso
de Castilla, Enrique II de Castilla, Fadrique Alonso de Castilla,
Fernando Alonso de Castilla, Tello de Castilla, Juan Alfonso de
Castilla, Juana Alfonso de Castilla, Sancho de Castilla y Pedro
Alonso de Castilla ), todos, como es natural, hermanastros de Pedro
I, y que ambicionaban la corona de Castilla de su
padre.
Pedro I bregó con nobles y hubo de
bregar también con las traiciones de sus hermanastros, a 4 de los
cuales el mismo mando ejecutar.
Curiosamente tras la batalla de Montiel
fue Enrique quien consiguió asesinar a Pedro y hacerse con el trono,
reinando como Enrique II, dando con ello el inicio a la dinastía
Trastamara extinguida con Juana I de Castilla, "Juana la Loca", que dio pasó a la dinastía de los Austrias a través de su hijo Carlos I
Pedro admiraba la cultura islámica, varios de sus consejeros eran musulmanes y también judíos, incluso tenía firmados
pactos de ayuda con el Sultán de Granada, más de cara a la defensa
frente a enemigos internos que a los externos.
Pedro hizo un llamamiento a artistas y
artesanos de Toledo, Granada, Córdoba y Sevilla y mandó levantar un
palacio en Sevilla que sirviese de alojamiento al rey y la familia real.
Mudéjar es una palabra árabe que
significa domesticado, designaba a los musulmanes que habían seguido
viviendo en territorios ocupados por cristianos, segregados en
barrios llamados morerías o aljamas, de ahí que el arte
desarrollado por estos musulmanes adquiriese como denominación el “apodo” con el que se les conocía. Este arte mudéjar, exclusivamente
hispánico, era una amalgama que añadía a los edificios cristianos
influencias hispano-musulmanas. Se manifestaba en elementos
arquitectónicos como el arco de herradura o los artesonados, y en el
uso de determinados materiales como yeso, ladrillo. Azulejos, madera. Esta mezcla de edificio cristiano, con
artesanos e influencias musulmanas hace que sea posible que en los
muros del palacio puedan verse frases como “Gloria a nuestro señor,
el sultán don Pedro” o bien “Ala lo proteja”
El interior del edificio se estructura
alrededor de dos patios, el patio de las Doncellas alrededor del cual
gira la vida oficial y el patio de las Muñecas sobre el que pivota
la vida privada de la familia real.
Con ocasión de la construcción se
abrió una puerta en la antigua muralla almohade que separaba el
patio del león del patio de la montería, centrando esa nueva puerta
con el centro de la fachada del palacio, lo que daba una perspectiva
del mismo bastante fastuosa
FACHADA
Se divide en tres módulos, teniendo
una longitud de 35 metros lineales; la altura es de unos 28 metros y
la puerta tiene un dintel de 4,2 metros de altura. Fue construida en
1364.
La parte central, a modo de retablo,
consta de tres calles y tres pisos. Esta estructura tiene su
antecedente en el palacio de Tordesillas que el propio Pedro I
finalizó, habiendo comenzado las obras su padre Alfonso XI.
Sobre este cuerpo, y hasta las ventanas
del piso superior se coloca una franja de arcos ciegos polilobulados
que son sustentados por pequeñas columnas.
Sobre esta franja se colocan ventanas, geminadas o aljimez en los laterales ( ventana de dos aberturas que está dividida verticalmente en dos partes iguales mediante una pequeña columna o pilastrilla llamada mainel o parteluz ) y tripartita en espacio central, con columnas de mármol sosteniendo sus arcos lobulados y decorados con cerámica.
La parte superior se completa con alero de pino, sostenido por mocárabes dorados (elemento arquitectónico decorativo a base de yeso o madera formando prismas yuxtapuestos y colgantes que parecen estalactitas). Debajo mural de azulejos con una inscripción en árabe que repite en 8 ocasiones el lema de la dinastía nazarí de Granada “Y no es vencedor, sino Alá” bordeado por inscripción en caracteres góticos que dice: "el muy alto et muy noble et muy poderoso et muy conqueridor don Pedro por la gracia de Dios rey de Castilla et de León, mandó fazer estos alcázares et estos palacios et estas portadas que fue fecho en la era de mill et quatrocientos y dos años”.
A ambos lados de este pórtico figuran dos tramos simétricos, en su parte baja están compuestos por arquería de 4 arcos y sobre estos una estructura con 7 arcos de medio punto, el central de mayor tamaño, más alto y ancho, y a ambos lados 3 arcos cada uno con columnas separándolas
.
Una vez entrado en
el edificio nos encontramos el vestíbulo, si giramos a la derecha
entraremos en la zona familiar del palacio, si tomamos hacia la
izquierda accedemos a los aposentos de protocolo.
En este vestíbulo
se leen, en una franja de yesería sobre el zócalo de azulejos
frases escritas en caracteres árabes, entre ellas destaca “Gloria
a nuestro Señor el Sultán don Pedro, Dios le ayude y le conceda la
victoria”. Figuran dos arcos con alfices de yeso policromados, uno
que sostienen dos pilastras, y el otro dos columnas de mármol con
capiteles, estas podrían provenir del anterior templo visigodo de
San Vicente. El techo, en madera, tiene formas geométricas y se
adorna con pinturas.
PATIO DE LAS MUÑECAS
Se accede al patio entrando a la derecha, a través de un estrecho corredor que evitaba que desde el vestíbulo se pudiese ver la zona privada. Con sus 80 metros2 es centro de la zona familiar del palacio. Se cree que podría ser una zona destinada a a la reina.
Este patio tenía
en origen una planta y ha sido “victima” de varias
intervenciones, se le añadió una galería manierista en la planta
superior en el siglo XVI, luego se sustituyó y se le colocó una
claraboya. Las columnas que vemos, de mármol, fueron añadidas al
patio a mediados del siglo XIX.
El patio se
denomina así por pequeñas cabezas esculpidas en el arranque de los arcos.. Otra explicación indica que podría tener este nombre
porque era el lugar donde se criaban a los niños o bien por el
pequeño tamaño de la estancia.
Es un espacio de
planta rectangular, con una galería perimetral con arcos
polilobulados que apoyan sobre columnas califales de mármol blanco,
negro y rosado, procedentes de Madinat Al-Zahra. Entre los siglos XVI
y XVII se construyó la galería superior.
El Patio de las Muñecas se abre a 4 estancias, Cuarto del Príncipe, Salón de los Reyes Católicos, Salón de los Sevillanos y Salón de los pasos perdidos
CUARTO DEL PRÍNCIPE
Es un espacio rectangular de unos 105 metros2 con dos alcobas en los extremos y parece ser el lugar donde nació Juan de Aragón (1478-1497), el único hijo varón de los Reyes Católicos, que con su muerte a los 19 años extinguió la Casa de Trastamara que había llegado al poder con su antecesor Enrique II tras asesinar en Montiel a de Pedro I. Esta dependencia era de uso de Isabel la Católica durante su estancia en palacio, más adelante mandó levantar estancias en el palacio alto y abandono este cuarto.
El esquema del
cuarto tiene la estética musulmana, sala alargada con dos alcobas
cuadradas en los laterales y cuya división se efectúa con arcos
sobre pilastras con alfiles decorados con yeserías policromadas,
hemos visto el mismo esquema en el vestíbulo de entrada al palacio.
Es la única estancia que tiene una ventana hacia el Patio de la
Montería, la cual se abrió para otorgar más luz al recinto.
El techo en la zona central es de madera con marquetería, policromado y con adornos de mocárabes doradas. La alcoba meridional tiene una cubierta renacentista con un complejo diseño geométrico y decorado con mocárabes dorados. En la alcoba septentrional la techumbre es octogonal y el friso del tramo anterior se decora con motivos heráldicos
SALÓN DE LOS REYES
CATÓLICOS
La siguiente sala a la que accedemos desde el Patio de las Muñecas es el Salón de los Reyes Católicos, famosa, sobre todo, por el artesonado de tu techumbre.
Esta no es mudéjar como casi todo el palacio, sino que es renacentista con aires manieristas, está compuesta por cintas de madera y se rodea de los emblemas heráldicos de los Reyes Católicos, los escudos de Castilla y León, yugo y flechas, tanto monta.
El salón recibe este nombre al ser Isabel y Fernando los que colocaron esta obra de arte a principios del siglo XVI. Los arcos que marcan la entrada y salida de la sala tienen trabajos en yeso policromado de estilo mudéjar
SALÓN DE LOS PASOS
PERDIDOS
Frente al acceso
del Salón de los Reyes Católicos se encuentra la Sala de los pasos
perdidos, a la que también se accede desde el Patio de las Muñecas,
a su vez esta sala conecta con la Alcoba Real con puerta esta última
hacia el Patio de las Doncellas.
tiene unos 25
metros2. Esta dependencia contiene yeserías del siglo XIV y una
techumbre de taracea embutida con una cenefa policromada que es
colocado en época de los Reyes Católicos con los escudos de la
corona
SALÓN DE LOS
SEVILLANOS Y SALÓN DE LOS TOLEDANOS
Son dos dependencias de tránsito anexas al Salón de Embajadores y que lo comunican con el patio de las muñecas y la sala de los infantes. Son dos espacios simétricos que unidos al Salón de embajadores hacen que estas tres dependencias mantengan la anchura del patio de las Doncellas. Sus nombre provienen del origen de los artesanos que trabajaron en ellos, unos de Sevilla y otros de Toledo.
Las techumbres de ambos datan del periodo final del reinado de Felipe II (1527 – 1598), finales siglo XVI. Los frisos de yeserías mudéjares son originales y representan escenas caballerescas a base de siluetas blancas y polícromas que pueden estar inspiradas en el libro de la montería escrito por Alfonso XI, o en la crónica troyana encargada por Alfonso XI y que concluyó el copista cuando ya estaba en el trono Pedro I. Ambas estancias tienen ventanas geminadas que asoman al Patio de las Doncellas.
SALÓN DEL TECHO DE
FELIPE II
Desde el Salón de los Sevillanos, el Salón de los toledanos y el salón de embajadores podemos acceder al Salón del Techo de Felipe II, en sentido contrario conecta con el Jardín del príncipe
Este salón tiene una techumbre de madera de 23 metros de longitud, con motivos geométricos, es la estancia más larga de palacio y se conecta con el Salón de embajadores con una arcada triple de arcos de herradura que está adornado con figuras de aves.
Tiene una doble
denominación, salón de la media caña, por la forma del artesonado
del techo, o salón del techo de Felipe II por motivos obvios
El artesonado del
techo, realizado entre 1589 y 1591, lo forman casetones en cuyo
interior hay relieves cuadrados y en cruz
ARCO
DE LOS PAVONES
En
este salón, y conectándolo con el Salón de Embajadores está una
de las más increíbles obras del arte mudéjar, el arco de los
pavones, donde de entremezclan trabajos de lacería de estilo musulmán
con atauriques, epigfrafías, veneras, pámpanos con detalles
figurativos del arte cristiano.
Debe su nombre a las aves, que en número de 24, adornan el arco, en concreto a dos pavos reales que se encuentran en las enjutas (Triángulo de lados curvos que está formado por el anillo de una cúpula y los arcos sobre los que se construye), el pavo real se relaciona con los valores de la realeza, de hay que sea la “mascota” del alcázar y se les pueda ver tranquilamente “povaneándose” por sus jardines. También figuran águilas y halcones, animales usados en cetrería, de la cual Pedro I era muy aficionado, de ahí su inclusión en este arco.
El arco lo componen
tres arcos de herradura típicamente mudéjares, que se soportan por
dos columnas centrales en mármol jaspeado y en los extremos dos
pilastras con azulejos y yeserías. El conjunto está contenido en un
alfiz sobre el que hay tres celosías cegadas y nuevamente un alfiz apuntado que rodea el arco. Entre el alfiz de los arcos y las
celosías una cenefa muestra las aves que hemos indicado
En esta estancia
colocó Pedro I su trono, debido a la función real que supone esto,
esta es la sala más decorada del palacio. Aquí se casó en 1526
Carlos I con Isabel de Portugal.
Tiene planta
cuadrada con unos 100 metros2 y una cúpula de madera semiesférica
de 9 metros de diámetro, similar a las qubbas musulmanas, ese
detalle, así como los arcos de herradura, hacen que este salón
tenga relación artística con la Córdoba califal y la Granada
nazarí, Medina Azahara y la Alhambra.
Está conectado por los 4 laterales , teniendo su acceso principal un gran arco peraltado que lo comunica con el Patio de las Doncellas donde se encuentra una puerta de unos 10 cm de grosor y 5 metros de alto de madera de pino, compuesta por hojas talladas decoradas con arabescos y policromadas, poseen inscripciones en árabe en el exterior, y castellano en el interior, y los tres restantes, que se comunican con el Salón de los Sevillanos, Salón de los Toledanos y Salón del Techo de Felipe II, lo forman triples arquerías de herradura sustentados por dos columnas de mármol rojo y negro y capiteles califales. Es la única sala de palacio a dos niveles, ocupa la primera y segunda planta del edificio. Todos los muros se recubren de zócalos de azulejos de un metro y medio de altura y yesarías policromadas con inscripciones y motivos vegetales.
La cúpula, apoyada sobre pechinas, no se instaló en un primer momento, su colocación se retrasó medio siglo, fue sobre 1427 cuando la cúpula de media naranja fue realizada por Diego Ruiz, quiere representar al universo, y para ello se recurrió a una decoración geométrica. Asimismo alterna escudos de los dos reinos orígenes de la corona de Pedro I, Castilla y León.
Debajo de la cúpula
hay un friso de madera gótico, que aún siendo medieval contiene
retratos realizados por Diego de Esquivel e incorporados en una
reforma de finales del siglo XVI. Son 56 tablas en las cuales figuran
las imágenes de los reyes, desde Chindasvinto (642-653) hasta Felipe
III (1528-1621). Los reyes aparecen sedentes y coronados, portan una
espada y el globo terráqueo, símbolos de su poder, en sus manos derecha e izquierda
respectivamente, debajo de ellos aparece su escudo y las fechas de su
reinado
Desde la parte
superior, en el palacio alto, 4 balcones permiten ver el salón,
están sostenidos por tres dragones de forja
SALAS DE LOS
INFANTES
Desde el salón de
los toledanos se abre una puerta por la que se accede a esta
dependencia que era utilizada como comedor y dormitorio de los hijos
de los reyes. Está compuesto por tres estancias, una rectangular en
el centro y dos habitaciones cuadradas a ambos lados y que conectan
directamente con el jardín de la galera. Tienen una superficie total
de unos 120 m2
Los reyes cristianos adoptaron la costumbre de colocar las habitaciones a ambos lados de una sala que las comunicaba, lo hemos visto antes en el Cuarto del Príncipe, por ejemplo.
Estas estancias fueron modificadas en el Siglo XIX, Antonio de Orleans, ( Hijo de Luis Felipe I de Orleans, último rey francés,depuesto en 1848 ), y su mujer la infanta Maria Luisa Fernanda de Borbón ( la que legó el parque de Maria Luisa a Sevilla, madre de María de las Mercedes esposa de Alfonso XII y hermana de la reina Isabel II ), a la sazón Duques de Montpensier estuvieron viviendo en el Alcázar con autorización de la reina Isabel II antes de adquirir su residencia oficial del Palacio de San Telmo.
Los artesonados de
la techumbre de las salas de los infantes están compuestos de cintas
de colores y escudos heráldicos
SALA DEL TECHO DE
CARLOS V
Se accede a ella a
través de las salas de los infantes o a través de una puerta situada
en el patio de las doncellas.
Fue el propio emperador el que mando construir el artesonado renacentista de esta estancia, lo hizo con motivo de su enlace en el alcázar sevillano con su prima Isabel de Portugal, y se realizó entre los años 1541 y 1543.
La techumbre está compuesta 75 casetones octogonales alternados con rombos. El friso de yeserias a lo largo del perímetro de la estancia, sobre el zócalo de azulejos, tiene medallones lobulados con los emblemas de Castilla y de León.
Es posible que fuese una capilla pues sobre la puerta figura el lema Corpus Christi, al parecer la realización del oratorio de los Reyes Católicos en la planta superior permitió que esta estancia pasase a ser un dormitorio.
Tiene en el acceso
por el Patio de las doncellas puertas de lacería mudéjares con
figuras geométricas de ocho brazos en forma de ruedas.
ALCOBA REAL
Formada por dos salas de diferente tamaño esta anexo al Patio de llas Doncellas y tiene acceso desde el mismo con un arco de medio punto, las dos salas se comunican por un triple arco de herradura sobre columna con capiteles califales talladas en el S. X en Córdoba apoyadas en pilastras en las esquinas.
Formada por dos salas de diferente tamaño esta anexo al Patio de llas Doncellas y tiene acceso desde el mismo con un arco de medio punto, las dos salas se comunican por un triple arco de herradura sobre columna con capiteles califales talladas en el S. X en Córdoba apoyadas en pilastras en las esquinas.
La primera de las
salas, de unos 20 metros de largo por 5 de ancho, recibe luz desde el
patio por dos ventanas, la otra sala, mas alejada del patio es la
zona de verano, mas resguardada del calor de la calle y de unos 16
metros2.
La alcoba real
tiene una cubierta de madera, un artesonado de principios siglo XVI
con elementos renacentistas y la de verano esta cubierta por bóveda
de cañón. Las puertas al
patio se hicieron en el siglo XIV en estilo mudéjar, así como los
zócalos y yeserias, se decoran con lacerias. Las ventanas que dan al
patio están decoradas con estrellas y ruedas de ocho brazos
PATIO DE LAS
DONCELLAS
El patio de las doncellas, con sus 21 x 15 m es el centro de la vida 'pública del palacio mudéjar, tiene en su frente al salón de embajadores y junto a él la capilla.
El patio de las doncellas, con sus 21 x 15 m es el centro de la vida 'pública del palacio mudéjar, tiene en su frente al salón de embajadores y junto a él la capilla.
Es un patio porticado a dos niveles. La planta baja netamente mudéjar, consta de 4 galerías, las laterales de 7 arcos y las otras dos de 5, formando 24 arcos lobulados decorados con sebqa y yeserías de inspiración almohade, los 4 arcos que se encuentran en el centro de cada lado de mayor tamaño que los que les acompañan. Las columnas fueron cambiadas a mediados del siglo XVI. En las yeserías de las galerías se leen inscripciones en árabe "Y no es vencedor sino Alá", que también pueden verse en estancias de la Alhambra.
La planta superior, con estancias privadas, se modificó a mediados del siglo XVI y se colocaron 36 arcos de medio punto, con yeserías con motivos clásicos, apoyados en columnas de mármol con capiteles jónicos traidas de Génova. En total hay un conjunto de 108 columnas en el patio, en la planta baja 52 de orden corinto y en la superior 56 jónicas.
El patío estuvo durante siglos cubierto de mármol, fue en la época de Felipe II cuando se decidió esta accción, a principios del siglo XXI, en 2002 en unas catas se descubrió aquello que permanecía oculto al visitante y se retiró ese suelo. Desde entonces podemos observar su conformación original del siglo XIV, una alberca que atraviesa longitudinalmente el patio, con dos parterres laterales con una profundidad de 1 metro por debajo del nivel de la alberca y que se encuentran decorados con arcos de medio punto entrelazados realizadas con ladrillos.
En el siglo XVI se añadieron yeserías de corte renacentista y plateresco que retrataban asuntos caballerescos y religiosos, además de emblemas heráldicos
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