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El Barrio de Santa Cruz

 

 


Este barrio se encuentra enclavado al sureste del casco antiguo de la ciudad, el mayor casco urbano perimetrado por murallas de Europa, ( en la época almohade las murallas disponían de una dimensión de siete kilómetros, con 166 torreones, 13 puertas y 6 postigos, con un espesor de 1,90 metros, el de la barbacana sería de 1,45 metros, y ambas están separadas entre sí una distancia de unos 3 metros ) y persiste, con distintas morfologías urbanas desde la Sevilla romana, 2000 años atrás. Hoy en día el Barrio de Santa Cruz se extiende desde las antiguas murallas al este, hasta la Catedral y Alcázar al oeste, contando entre sus edificaciones las más visitadas de la ciudad.

 

Los romanos asentaban sus ciudades en relación a dos calles, dos ejes, el norte-sur llamado cardo y el este-oeste llamado decumano, en el cruce de ambas se  establecía el foro. En la Sevilla romana el cardo lo conformaban las actuales calles Don Remondo - Abades, siendo luego ampliándose al tiempo que la ciudad crecía hacia el sector de la Macarena, no olvidemos que el arroyo Tagarete y el arroyo Tamarguillo, situados aproximadamente en las actuales calles Menéndez Pelayo y San Fernando, dificultaban el crecimiento hacia el este o el sur, por lo que la solución más viable fue crecer hacia el norte. Así pues, al crecer hacia el norte, tambíén lo hizo el cardo, incorporando la actuales Alhóndiga, Bustos Tavera, Sol hasta llegar al arco o puerta de la Macarena. Este último trazado se denominó muchos años Calle Real, ya que por ella accedían los reyes a Sevilla, era habitual llegar a la ciudad y pernoctar en el monasterio de San Jerónimo de Buenavista, haciendo la entrada al día siguiente por esta calle.

En el cruce de Cardo (don Remondo-Abades) y Decumano (posiblemente la actual calle Pajaritos-Bamberg) se encuentran unas columnas romanas, eran 6, una se rompió al intentar trasladarla al Alcázar de Sevilla en tiempos de Pedro I el Cruel, dos de ellas están en la Alameda de Hércules, y sostienen las estatuas de Hércules ( la leyenda dice que fundó Sevilla, en su acepción fenicia del mercader Merkat ) y Julio Cesar ( siendo cuestor del Imperio Romano ordenó amurallar la ciudad, sustituyendo la empalizada por una muralla de piedra, que los almohades acabaron de rematar 1000 años después ), estas columnas se creyeron siempre como parte de un templo romano, hoy se duda de ello, si el pórtico del templo fuesen esas columnas, el templo tendría unas dimensiones enormes en relación a lo que la ciudad era en esos momentos, por ello, gracias a estudios recientes, se estima que podrían ser columnas que formasen la portada al foro, donde estarían los edificios administrativos y sociales de la ciudad romana.

 

Llegada la conquista de Sevilla por parte de las tropas de Fernando III "el Santo", en noviembre del año 1248, la ciudad se pobló de judíos, en Sevilla estaba la corte del rey Santo, fue repoblada con familias que provenían de Castilla, Galicia, Navarra... ya que la población anterior fue expulsada. Este resurgir de la ciudad provocaba no pocas oportunidades de negocio, lo cual atrajo a una importante población hebrea, grandes comerciantes.

Las familias hebreas se concentraron en comunidades diferenciadas, que tenían personalidad jurídica y fiscal propia, las aljamas, siendo el espacio geográfico llamado judería, muchas de ellas levantadas por mandatos reales. Esta forma de organización venia determinada por la alta segregación racial, política y religiosa del momento, cuando en la península cohabitaban las tres principales religiones monoteistas, los cristianos, árabes y judíos. De esta forma las dos principales, cristianos y musulmanes, discriminaban a la comunidad hebrea, pero al mismo tiempo esta se beneficiaba de poder seguir manteniendo su propia identidad, ritos y costumbres, manteniendo su legado cultural y religioso. Ya en el siglo XI se obligó a los judíos de Praga a confinarse en barrios, posteriormente se les acusó de ser un pueblo maldito, y ser culpables de epidemias y desastres, lo que aumentó la segregación.

En Sevilla, esa zona de exclusión, ese gueto hebreo se conformaba donde hoy están los barrios de Santa Cruz y San Bartolomé, en esa zona el rey Santo entregó a los judíos tres iglesias para que fuesen sus sinagogas, Santa Cruz (la original asentada en la plaza del mismo nombre, hoy desaparecida), Santa María la Blanca y San Bartolomé.

 

En 1391 se producen revueltas contra los judíos, culpándoles de los males de la sociedad, quizás una excusa habida cuenta del poder que atesoraban, disponían de fondos dinerarios y eran prestamistas de los reyes y nobles, lo cual les situaba en el centro de la tormenta. Concretamente la judería de Sevilla queda aniquilada, quien no muere en el progromo, huye de la ciudad atemorizado. Fue el arcediano de Ecija, Ferrand Martínez el que alentó a la población a ir contra los judios, los cuales, estando en un barrio rodeado de murallas que los separaba del resto de la ciudad, con solo 3 puertas de entrada/salida, poco pudieron hacer para evitar la matanza,

Tras la maranza de 1391 muchos judíos se convirtieron, creándose el apelativo despectivo de Judeoconverso o cristianos nuevos, los cuales también fueron discriminados y tratados como ciudadanos de segunda. En 1492 Se materializó el decreto de expulsión de los judíos de la península. A partir de entonces los sefarditas (judios que habían vivido en los reinos de la Península, incluyendo esto España y Portugal, se disgregaron por el mundo, pero mantiene intensas reaciones sentimentales con la cultura hispánica, de donde proceden. Se estima que puee haber unos 3 millones de judíos descendientes de estos sefarditas que tuvieron que abandonar su tierra.

Enrique III el Doliente, rey de Castilla entre 1390 y 1406, entregó una parcela de este barrio a Pedro Pérez de Ayala que a su muerte pasó a su hija Elvira. La parcela estaba situada en la actual Plaza de doña Elvira, que toma el nombre de su propietaria, y en ella estuvo en su dia ubicado un corral de comedias. Esta parcela tuvo varias modificaciones urbanísticas, concretamente en 1826, en 1888 y finalmente en 1924, en la reurbanización del barrio llevada a cabo de Juan Heredia Talavera, de cara a la exposición del 29

A principios del siglo XV, en 1401, el cabildo catedral decide levantar una nueva catedral, tal que "los siglos venideros nos tomen por locos". Así se inicia la construcción del mayor templo gótico del mundo.

 

Durante varios siglos, desde la época árabe, pasando por el el siglo XIII que vio levantar el Palacio Gótico por Alfonso X el Sabio, pasando por el  siglo XIV en que se levantó el Palacio Mudéjar de Pedro I, o el XVI en que se edificó la Casa de Contratación, el Alcázar de Sevilla ha sido testigo de la historia de Sevilla. 

Entre 1583-1646 se levanta la Casa Lonja, edifico destinado para tratos comerciales y en el cual, a partir de 1788 se instala el Archivo General de las Indias. Este edificio se encuentra situado entre la Catedral y el Real Alcázar.

A mediados del siglo XVI se levantó en este barrio el Convento de San José del Carmen, de la orden de las Carmelitas Descalzas, fue erigido por San Juan de la Cruz, colaborador de santa Teresa de Jesús, fundadora de la orden, que ya había fallecido en ese momento.

Ya en el siglo XVII se construyó el Hospital de los Venerables sacerdotes, para acoger a los clérigos sin recursos, tras muchos usos este edificio fue restarurado a finales del siglo XX por la Fundación Focus, y en el se instaló el Centro Velazquez.

A principios del siglo XIX las monjas agustinas del antiguo convento de Santa Marta, convento existente en la Encarnación, se trasladan al hospital de Santa Marta ya que s convento se derriba para crear un mercado. Desde entonces el convento de la Encarnación se encuentra frente a la Catedral. En este cenobio se producen sagradas formas para suministro de la diócesis, los trozos sobrantes tras recortas formas de las planchas de obleas son vendidos por la monjas, y raro es el sevillano que no ha acudido al convento a adquirirlas.

Los franceses, que invadieron Sevilla en 1810 clasuraron la iglesia de Santa Cruz, que fue derribada en 1814. Esta iglesia original estaba enclavada en lo que hoy es la Plaza de Santa Cruz. La parroquia se trasladó a la iglesia del convento del Espíritu Santo, fundado en el siglo XVII por la Orden de Clérigos Regulares Menores, Convento que, como muchos otros, fue desamortizado en el siglo XIX.

A principios del siglo XX se acomete la mayor otra de reurbanización que vio la zona, con motivo de la Expo 29 de decide rehabilidar el barrio, se le da la configuración que hoy conocemos, se crean plazas como la de Santa Cruz, en el espacio dejado por la primitiva iglesia derruida, donde, curiosamente, estaba enterrado Murillo, que tenía el taller a escasos metros, desgraciadamente no sabemos en que lugar se encuentran sus restos. Una plaza de mármol deja constancia de este hecho.




















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