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Palacio de San Telmo - Sevilla

 


El palacio de san Telmo, actual sede de la presidencia de la Junta de Andalucía, es un edificio barroco levantado en Sevilla entre los siglos XVII y XVIII como sede, en su día, de la escuela de mareantes o colegio de marineros, y hoy de la Presidencia de la Junta de Andalucía. Sus soberbias fachadas barrocas y su colección de ventanas simétricas, sus torreones y su portada churrigueresca conforman uno de los monumentos más impresionantes de la ciudad.

Tras el descubrimiento del nuevo mundo Sevilla obtuvo la exclusiva del comercio con las Indias, esto significaba que todo el trasiego de mercancías, y también de personas, entre la metrópoli y las nuevas colonias, se realizaba a través del puerto hispalense. Todo ello originó que Sevilla se convirtiese en una de las urbes más importantes el momento, comerciantes, artistas y, también pillos y ladronzuelos, arribaban a Sevilla buscando la bonanza económica que el puerto daba a la ciudad.


Un aspecto destacado eran los marinos de los que se nutrían los innumerables barcos que realizaban las rutas marítimas entre Sevilla y América, la demanda de ellos era alta, y a comienzos del siglo XVII se creo la Universidad de Mareantes, que en un primer momento se estableció en el barrio de Triana.

En 1681, mediante Real Cédula del monarca Carlos II de constituyó un colegio seminario para enseñar a los huérfanos de la carrera de Indias la labores propias de la navegación, y así poder ser utilizados por los barcos que reclamaban esta mano de obra. Se pensó edificar un edificio para sede de la escuela en la actual calle pureza, junto a la capilla de Nuestra Señora del Buen Aire, hoy desaparecida, la idea era que esta iglesia fuese la capilla de la escuela, amén de mantener el arraigo que la institución tenía en el barrio de Triana desde su creación en 1573.


El edificio proyectado no cabía en el lugar que se pensó inicialmente, así que el Presidente de la Casa de la Contratación de Indias aconsejó levantar el edificio en la otra orilla del rio, en terrenos conocidos como haza de San Telmo, extramuros de la ciudad. Se aceptó la propuesta y se envió comunicación a Madrid, al Consejo de Indias, que autorizó el lugar.

En 1682 comenzaron las obras, las cuales se prolongaron largamente en el tiempo. Hay que resaltar que a partir de 1680 Sevilla perdió la exclusividad de despachar los barcos prevenientes de América, habilitándose a tal fin tambien el puerto de Cadiz. A partir de 1717 la Casa de Contratación se traslada definitivamente a Cádiz.

Las obras fueron interrumpidas entre 1699 y 1722 por falta de fondos para sufragarlas, a partir de esta fecha toma la dirección del proyecto el arquitecto Leonardo de Figueroa, continuando en su puesto su hijo Matías a partir de 1730 cuando fallece Leonardo. Entre 1736 y 1775 las obras fueron de nuevo paralizadas.


Retomó las obras como director Lucas Cintora, que acabó la fachada norte y las escalera principal. Por fin, en el año 1796, 114 años después de su inicio, se dieron por concluidas las obras del palacio.

En 1793 se suprime la institución de la Universidad de Mareantes, desde 1786 el colegio comenzó a depender de la secretaria de Estado y Despacho Universal de la Marina, perdiendo la vinculación anterior con la Universidad de Mareantes. A partir de 1841 el palacio se convirtió en Colegio Naval Militar, pues el colegio que existía allí fue trasladado a Málaga, cesando la impartición de enseñanzas naúticas en 1847. El edifico fue sede también de la Sociedad del Ferrocarril, del Colegio Real de Humanidades, que se conoció en su día como Universidad Literaria.

Como curiosidad, a la edad de 10 años entró como estudiante un joven que pasaría a ser uno de los referentes de la literatura romántica, Gustavo Adolfo Bécquer.


Tras la revolución de 1848 que convulsionó Francia, y que significó el derrocamiento de del rey francés Felipe I, y su esposa Maria Amalia de las Dos Sicilias, su hijo Antonio de Orleans, Duque deMontpensier, y su esposa Maria Luisa Fernanda de Borbón, hija del rey Fernando VII, hermana de la reina española Isabel II abandonaron Francia dirigiéndose a Inglaterra como lugar de destierro, lugar donde su presencia se hacía incomoda, por lo que posteriormente se dirigieron hacia España.

El Duque no fue recibido de buen grado en la corte española, el reclamaba parte de la herencia de Fernando VII, amen de ser un noble problemático que incluso llego a estar implicado en asonadas contra su cuñada Isabel, y el fallecimeinto de un presidente del gobierno.


En primera instancia residieron en Madrid, pero se les “expulso” de la corte y se le envió a Sevilla, ciudad desde donde el Duque podría tener menos influencia en la política española. Residieron al llegar, por deferencia de la reina Isabel II, en el Alcázar de los Reyes Cristianos, para finalmente adquirir el Palacio de San Telmo como su residencia. El Duque esperaba concentrar una importante corte a su alrededor en Sevilla, y por ello buscó una residencia digna de ello. El edificio fue tasado en 1.504.800 reales y adquirido en 1849 por el Duque.

A partir de entonces el edificio sufrió diversas modificaciones, en 1852 se diseñaron las fachadas sur y este, y el torreón que las une, obras realizadas por Balbino Marrón, autor a su vez de la galeria de los grutescos, y otras modificaciones en el Alcazar de Sevilla. Mas adelante, en 1855 diseño la fachada norte con su entrada al apeadero, y la torre noroeste, se realiza el salón de baile al sur, y se restaura la portada principal incorporando escudos de las casas de Orleáns-Borbón y se remata con un reloj. Las nuevas estancias son estucadas y doradas por Pelli y Rossi y vestidas sus paredes por pinturas traídas del Palacio de Vista Alegre. Los techos del salón de baile son decorados por Rafael Tejeo.


Los extensos jardines de este palacio se prolongaban varios kilómetros en dirección sur, abarcando las huertas de la Isabela y las del antiguo convento de San Diego, por este motivo se contrató a un jardinero, de nacionalidad francesa, para su cuidado. El Duque encargo obras a pintores y escultores de la época, al tiempo que recibía a nobles en su palacio, queriendo con ello crear una corte paralela a la de su cuñada en Madrid, Isabel II, reina de España

El propio Duque financio una asonada contra su cuñada Isabel en un vano intento de obtener el trono de España, para ello llegó a hipotecar su propio palacio. Esta conspiración, acaecida en 1868, dio como resultado la denominada “Revolución Gloriosa”, tres años de revolución liberal, y la llegada al trono de Amadeo I de Saboya. El Duque fue exiliado a Portugal, regresando a España, pero siendo condenado a permanecer en una fortaleza de la isla de Menorca, pues se negaba a jurar lealtad al nuevo monarca.


Tras Amadeo I de Saboya regresaron los Borbones, y en 1875 Alfonso XII, con 17 años comenzó su reinado, el Duque, tio del monarca quedó libre regresando a su vivienda. En estos años el arquiecto regionalista Juan Talavera de la Vega realizó algunas reformas en el edificio, pero de poca entidad.

Entre el monarca y su prima. María de las Mercedes, hija de los Duques de Montpensier surgio el amor y, en contra del criterio del presidente del gobierno Antonio Canovas del Castillo, de las Cortes y de la propia Isabel II, por los recelos existentes acerca del padre de la novia, finalmente el 12 de diciembre del año 1877 don José Osorio y Silva, Duque de Sesto, y don Francisco Martín de San Martín, Marqués de la Frontera y Senador, pidieron la mano de María de las Mercedes a su padre en el salón principal del palacio de San Telmo, en nombre del monarca Alfonso XII, y con una carta manuscrita firmada por él. La boda se celebró un més después, en enero de 1878, falleciendo lamentablemente la reina Mercedes seis meses después de los esponsales

Antonio de Orleans falleció años después, en 1890, en el palacio de su propiedad sito en Sanlúcar de Barrameda. En 1893 su viuda, la infanta María Luisa Fernanda donó al Excmo Ayuntamiento de Sevilla 18 hectareas y media de los jardines de los que disponía el palacio, con el fin de que fuesen convertidos en un parque público para disfrute de los sevillanos. Estos jardines fueron el germen de lo que hoy conocemos como Parque de María Luisa de Sevilla.


En el año 1893, 5 años después del fallecimento de María de las Merceces, el arquitecto Juan Talavera de la Vega levantó un pequeño edificio, de estilo neo mudéjar destinado a uso de los guardas del recinto. Este coqueto edificio es conocido como el Costurero de la Reina, existiendo la leyenda de que la reina Mercedes cosía en sus dependencias mientras esperaba las visitas de Alfonso XII, extremo este del todo imposible pues Mercedes había fallecido 5 años antes.


 

En el año 1895 de completó la fachada norte, en la que destacan las imágenes de 12 sevillanos ilustres talladas por Antonio Susillo, estos sevillanos, algunos de nacimeinto, y otros de adopcion, son Juan Martínez Montañés (Alcalá la Real, Jaén), Rodrigo Ponce de León y Núñez (nacido en Cádiz), Diego Velázquez, Miguel Mañara, Lope de Rueda, Diego Ortiz de Zúñiga, Fernando de Herrera, Luis Daoíz, Benito Arias Montano (nacido en Fregenal de la Sierra, Badajoz), Bartolomé Esteban Murillo, Fernando Afán de Ribera y Téllez-Girón y Bartolomé de las Casas.

La infanta viuda fallecio en el año 1897, a su muerte el palacio, por deseo de la finada, fue donado a la Archidiósceis de Sevilla, estableciendose en el edificio en el año 1901, portando al mitra sevillana el Cardenal d. Marcelo Spinola, los seminarios mayor y menor, denominados de San Isidoro y de San Francisco Javier. Nuevamente Juan Talavera de la Vega fue el encargado de realizar modificaciones en el edificio para adecuarlo al nuevo uso, con aulas y dormitorios para los internos.

En 1926 el Cardenal Arzobispo de Sevilla Eustaquio Illundain vendió parte de los jardines de palacio para financiar obras en su interior, tambien es estos años el arquitecto regionalista Anibal Gonzalez perimetró el palacio, creando la calle La Rábida y la curva existente en la calle Palos de la Frontera, en el ala este del complejo palacial.


En 1952 un incendio causo daños considerables en la estructuray Antonio Illanes del Rio lo restauro, y años más tarde, en 1962 el ala norte sufrió cambios para crear nuevas dependencias. En 1973 y 74 se realizaron obras de restauración y también se ampliaron sus estancias.

Mientras el cardenal José María Bueno Monreal creyó adecuado convertir el edificio en un Parador, al tiempo que se declaraba a San Telmo Monumento Histórico Artístico.


Por fin, a final de la decada de los 80 se firmó un acuerdo entre el Arzobispado de Sevilla y la Junta de Andalucia, pasando el edificio a ser sede de la presidencia del organismo autonómico, que a cambio se comprometía a construir de nueva planta un seminario en la populosa avd de las Palmeras, En 1992 el edificio se reinauguró como sede autonómica tras la intensa restauración que durante tres años llevo a cabo el afamado arquitecto Guillermo Vazquez Consuegra,

Actualmente los elementos más importantes conservados son la fachada, el patio principal y la capilla. Hay que entender que el paso del tiempo y las muchas modificaciones realizadas en el edificio, en particular las llevadas a cabo por el Arzobispado para dotar al seminario de salas y dormitorios, deterioro en mucho las instalaciones, por ello, no pudiendo hacer frente a los gastos que se derivaban de su costosa conservación, se permutó la propiedad del edificio con la Junta de Andalucía, realizandose a partir de entonces una labor de restauración que ha llevado varios años concluir, y a la que se han destinado grandes sumas de dinero.

La portada del edificio, siguiendo un modelo retrablistico, fue culminada en el año 1734, aunque la parte superior se reformo años despues, entre 1775 y 1776. Se debe Matías y Antonio Matías Figueroa, hijo y nieto de Leonardo de Figueroa, autor de, entre otros, la iglesia de San Luis de los Franceses o la capilla del Buen Suceso.


Es la parte más revelante del conjunto y se caracteriza por su fuerza ascensional que contrasta, y sirve de contrapeso, a la horizontalidad del resto de la fachada que le acompaña. Articulada en vertical con potentes pilastras y dos cuerpos principales, también se corona por un edículo, trasladando al exterior el cuerpo de un retablo. Esta fachada nos avisa del objetivo por el cual se levantó el edificio, el de servir para formar marinos para la flota de indias.

En el cuerpo inferior se encuentra la puerta de entrada al edificio, flaqueada por diversas columnas con relieves. Sobre ella un increible balcon sostenido por atlantes, con un juego de columnas jónicas a los lados, a las que acompañan doce figuras de bulto de mujer alegóricas de la navegación, y que representan las ciencias y las artes que se enseñan dentro del edificio, la Astronomía, la Náutica, la Geometría, la Pintura, la Aritmética, la Arquitectura, la Escultura y la Música.


El cuerpo superior, el tercero, las columnas son de orden corintio y las imágenes de los dos reyes santos de Sevilla como protectores del edificio, San Fernado y San Hermenegildo que escoltan a San Telmo, patrón de los navegantes, que se encuentra dentro de un arco de medio punto. En el centro, un medallón con la imagen de Felipe V encarnando a la Monarquía como fiel protectora de la sabiduría de los hombres. Remata el conjunto dos imágenes con cornucopias a los lados de un fronton de medio punto,

Una inscrpción nos indica datos sobre su realizacion

Reinando en España el señor don Felipe V, el animoso, siendo juez conservador de este real colegio y seminario del señor San Telmo don Manuel de Torres, del Consejo de S.M. en el Real de Castilla y alcaide de los Reales Alcázares, y siendo mayordomo y diputado de la Universidad de Mercaderes [sic] y dicho colegio y seminario don Gregorio de los Ríos, del Orden de Calatrava, don Juan Sánchez y don Pedro Hernández Colarte, del Orden de Santiago, se edificó esta portada y torres del claustro. Año de 1734 “

Traspasada la puerta principal, y tras cruzar el zaguan, llegamos al patio principal, obra de Leonardo de Figueroa. Esta rodeado de un galería sustentada en pilares cuadrados con capiteles jónicos que sostienen arcos de medio punto. Dos de los lados disponen de 7 arcos, este y oeste, mientras que los lados norte y sur disponen solo de 5 arcos.


El piso superior se realiza en ladrllo rojo, consta de pilastras con capiteles corintios, y dispone de balcones coincidentes con las pilastras inferiores. Sobre al entrada del zaguan exite una pequeña torre con un reloj, y sobre el acceso a la capilla, en el lado opuesto, una torre con campanas.

En la capilla, de una sola nave, con pilastras corintias y bóveda de cañón, en su decoración interior participaron: Pedro Duque y Cornejo como escultor, Miguel de Quintana como cantero, Domingo Martínez como pintor y Juan Tomás Díaz como carpintero, siendo de un exuberante barroquismo. Podemos ver varios retablos, hasta cinco, fechados en el siglo XVIII, En el altar mayor, de 1726, se dispone a la Virgen del Buen Aire gubiada por Juan de Oviedo en el siglo XVII, con las figuras de “San José” y “San Antonio” obras de Duque Cornejo a los lados. En el ático San Fernando y San Telmo. el resto de retablos barrocos están dedicados al Crucificado, San José, Santo Tomás de Aquino y San Antonio de Padua


 

La bóveda de la capilla dispone de unos óovalos que fueron pintados mostrando a San Luis, San Fernando y la Virgen con el Niño. Los lunetos laterales se dedican a Santa Elena, San Juan de Dios, Santa Cristina, San Felipe, San José con el Niño y Santa Isabel de Portugal, todos ellos en el muro izquierdo; en el muro derecho San Francisco de Asís, San Clemente, San Carlomagno, Santa Amelia, San Carlos Borromeo y Santa Isabel de Hungría.

Hay frescos en la bóveda y lunetos del coro, uno con la aparición del Niño Jesus a San Antonio de Padua y San Antonio predicando a los peces.

 

 

 

 

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